La escasez y el precario estado de los parques infantiles de carácter público es una de las preocupaciones que sufren cotidianamente los padres de Formentera, «los columpios están rotos y esto supone convertir el juego del niño en un peligro para su salud y una preocupación para nosotros -declara indignada una madre, en lo que es el sentir general de los padres con hijos de corta edad- nadie cuida de la higiene y mantenimiento de estos espacios donde los perros defecan y orinan a su antojo».
En la actualidad Formentera cuenta únicamente con dos parques públicos infantiles para una población infantil menor de 7 años que representa el 7'27% del total. Bien es cierto que el Consistorio está elaborando el proyecto para dos nuevas zonas recreativas, en es Pujols y Sant Francesc, para paliar estas carencias. En es Pujols las obras están adjudicadas pero no se llevarán a cabo hasta finalizar la temporada turística.
La construcción del parque infantil de la Savina se realizó en el período 1996-1997, fue promovido por la Asociación de Vecinos de dicho núcleo urbano y posteriormente reformado por el Consell Insular d Eivissa i Formentera en el año 2003, justo antes de las elecciones.
El parque de San Ferran es obra de la legislatura anterior y no ha experimentado cambio alguno; sin embargo, ha habido quejas constantes de la dejadez del parque. Ambos se encuentran cercanos a la carretera principal y el de la Savina carece de dispositivos de seguridad que acoten su perímetro e impidan que el niño se acerque al asfalto.
Pese a lo que pudiera suponer una situación tan compleja y deficitaria en materia de equipamientos públicos para los más pequeños de la isla, son escasas las quejas que terminan por formalizarse en el Ajuntament de Formentera una de las últimas parece que ya tiene diez años de vigencia, institución a la que compete, junto al Consell, esta responsabilidad.
Iniciativas como la de l'Associació del Rellotge, para construir un reloj y un parque infantil en la plaza del Ajuntament en Sant Francesc, que se encargó al diseñador Mariscal y que la Administración local rechazó. Sofia Arnott