Miles, miles, y miles de personas asistieron a la apertura de la fiesta británica por excelencia de Eivissa, Manumission, que además de turistas ingleses, atrajo también a un buen número de jóvenes residentes de la isla.
La metamorfosis planteada por los hermanos Mike y Andy McKay para este 2005, que une sus performances eróticos con los conciertos en vivo de lo mejor del top-ten británico, les ha llevado a abrir los viernes en la misma macro discoteca Privilege la programación 'Ibiza Rocks' que apuesta por los grupos punteros del rock inglés.
Pero ayer fue el primer día de la temporada, y las performances, los conciertos y la música dance se unieron en una sola y larga noche que contó con un aforo completo de algo más de 12.000 personas.
El plato fuerte para los amantes del rock británico fue el concierto del grupo Babyshambles que empezó a las 4,00 de la mañana en la sala Music Box.
Encabezado por el vocalista Pete Doherty, muy sonado en la prensa internacional por su relación sentimental con la modelo Kate Moss, el grupo ofreció un repertorio de no más de siete canciones con un bis a pedido del público.
Con baños de cerveza incluido de ida y vuelta entre Doherty y el público, el cantante se dejó abrazar por los amantes del rock inglés a los que estrechaba su mano desde el escenario.
Hasta allí se acercaron decenas de medios de comunicación británicos y también españoles especializados en música, como la revista 'RolingStone', atraídos por la propuesta de conciertos que Manumission trae desde el país anglosajón como una tendencia al renacimiento de este tipo de música que tanto éxito en las décadas de los 60 y 70.
Con una botella de cerveza adherida como atrezzo escénico de cada canción, y con el soporte de sus compañeros (Patrick Walden, Adam Ficek y Drew Macconell), Doherty se cargó literalmente la batería con el soporte de su micrófono al final del único bis y como un rebelde del rock se quedó golpeando el único bombo sano, antes de despedirse de sus fans presentes en la sala Music Box.
Luciana Aversa