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Matas pide una moratoria en los estatutos y rechaza privilegios para Catalunya

El presidente sugiere en Madrid que no se aprueben las reformas estatutarias hasta conocer el desenlace del Estatut catalán

Matas, durante su intervención en el hotel Ritz. Foto: ALFAQUI

O.QUINTANILLA-J.MESTRE
El presidente del Govern, Jaume Matas, propuso ayer en Madrid una moratoria en la aprobación de los estatutos de autonomía hasta saber el desenlace del Estatut catalán. «Deberíamos proponer una moratoria en la aprobación, que no en la tramitación, del resto de estatutos de autonomía, hasta que sepamos qué pasa con el Estatut catalán. Todos tenemos derecho a recibir el mismo trato y respetar las reglas del juego de la multilateralidad y, a mi juicio, la clave, como casi siempre, sigue estando en la financiación autonómica», propuso el presidente del Govern ante políticos y empresarios invitados por el Fórum Europa.

Matas vaticinó en el hotel Ritz de Madrid que «vienen tiempos de pesadumbre y, lo que más indigna, es que la pesadumbre esté artificialmente inducida desde el mismo Gobierno». Para Matas, existe «un punto de no retorno a partir del cual se haga lo que se haga y sea cual sea el desenlace, el daño estará hecho». «Si se rectifica en profundidad el Estatut catalán la depresión se instalará en la clase política catalana, comenzando por el propio PSC, con resultados imprevisibles», advirtió Matas.

El presidente del Govern destacó que «el Gobierno que surge de una alternancia legítima se instala en un proceso constituyente que es perverso e intolerable, no porque aspire a cambiar las reglas de juego y los consensos básicos sin los cuales una democracia es inviable, sino porque lo intenta por vías espurias, ilegítimas y, esperemos, no ilegales, por el momento».

Matas opinó que con la llegada del Gobierno de Zapatero «se resucita el rencor guerracivilista, se intenta repetir el grave error de la II República de aislar y casi expulsar del sistema al centro-derecha que representa, por lo menos, a la mitad de los españoles, rompe con los consensos de las cuestiones de Estado y rescata el taifismo insolidario que tan amargo recuerdo histórico tiene para los españoles». «El éxito es fulminante y, casi inmediato: en sólo dos años, un país dividido, enfrentado y con la discordia civil instalada en la sociedad. Hay que dar la enhorabuena al actual Gobierno que ha conseguido, en tiempo récord, sus objetivos: dividir y enfrentar de nuevo a los españoles, otra vez inmersos en el enfrentamiento cainita y en ensimismamiento enfermizo», dijo.

Para Matas, las autonomías han sido un gran invento que han funcionado admirablemente, con luces y sombras, con sus disfunciones y problemas, pero han funcionado. Sin embargo, el presidente del Govern criticó en el hotel Ritz que «el gobierno socialista, en lugar de centrarse en la reforma del Estado, se centra en la reforma de las autonomías que, salvo los iluminados de siempre, nadie reclama, ni siquiera los ciudadanos gobernados por los iluminados de siempre». «Tenemos, por vez primera en lo que llevamos de democracia, un gobierno que es trasunto del pensamiento débil. No fueron débiles los gobiernos de Suárez, no fueron débiles los gobiernos de Felipe González y, desde luego, no fueron débiles los gobiernos de José María Aznar. Y gobernaron en minoría y con mayoría absoluta, o sea que se dieron los presupuestos que han convertido al gobierno del señor Zapatero en paradigma de gobierno débil. Una desgracia para España, no por socialista, sino por irresponsable y débil».

Matas considera que la ridícula pretensión de reformar la Constitución por la vía estatutaria «sería una estafa al pueblo español». «Si Catalunya blinda su sistema de financiación autonómica, también lo puede hacer Balears. Si Catalunya tiene poder sobre el sistema financiero y el mercado, también lo puede tener Balears ¿O cree el gobierno de Zapatero que el resto de autonomías vamos a tolerar que, a nuestra costa, se otorgue una estatus especial a una parte de España?».

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