Eleanor Roosevelt sostiene en sus manos la Declaración de los Derechos Humanos mientras unos metros más allá dos niños con poco más de 10 años trabajan en una mina. Son dos de las instantáneas mostradas en Can Ventosa con motivo de la exposición «Derechos Humanos: luces y sombras», cedidas por Amnistía Internacional y organizada por el Fons Pitius de Cooperació.
La muestra tiene dos vertientes que muestran aspectos positivos y negativos desde que hace 57 años la Asamblea de las Naciones Unidas se reuniera para promulgar una serie de preceptos con los que acabar con la desigualdad y la injusticia en el mundo: «Ahí empezaron las luces porque había un compromiso por parte de muchos países para respetar los derechos humanos y concentrarlos en 30 artículos que han supuesto mucho desde entonces», explica Fina Darder, coordinadora del Fons. Pero por desgracia, muchos de los objetivos propuestos todavía no han sido logrados. Son las sombras. Fotografías que muestran violaciones a los derechos contenidos en esa declaración: campamentos de refugiados, muestras de explotación infantil o éxodos humanos. Aunque los hechos positivos no sólo se limitan a aspectos burocráticos y también se pueden ver obras de conocidos fotógrafos, entre ellos Anniel Leibovitz, y fotoperiodistas internacionales. Una pareja que se besa en Sarajevo, una multitud que celebra en Haiti la caída del dictador Jean Claude Duvalier o estudiantes leyendo en la plaza de Tiannameng son algunas de ellas.
Iván Muñoz