Los más pequeños agarrados a cuerdas o cogidos de la mano de sus padres y cuidadores. Otros más mayores que saltaban de un lado a otro sin que los profesores les perdieran de vista para evitar una más que previsible trastada. Algunos, valientes ellos, metían la mano en la jaula de algún animal sin el más mínimo temor a una reacción incontrolada mientras sus compañeros observaban boquiabiertos por la osadía. Una abundante muchachada procedente de diversos colegios de la isla puso ayer alegría a la inauguración de la VII Fira de Bestiar de Can Caus, que desde 1997 se viene celebrando en este centro artesanal Can Caus de Santa Gertrudis. El campo, la ganadería y la artesanía volverán a convivir durante todo este fin de semana para mostrar algunas de las actividades que desde tiempos ancestrales han sido la base de la economía de estas islas. Caballos, cabras, ovejas y cerdos comparten recinto con aves enjauladas. Casi 3.000 animales a disposición de los ganaderos y entre los que también se puede encontrar una gran variedad de mascotas, desde una típica chinchilla ibicenca hasta un exótico camaleón que cambia de color según el color de la superficie en la que se posa. Cualquier cosa se puede comprar, aunque algún afortunado podrá volver a casa a lomos de un caballo si resulta agraciado en la rifa que se realizará entre todos los visitantes.
Plantas, flores, sistemas de riego y la más avanzada maquinaria para realizar cualquier tipo de labor en el ámbito rural también se hallan expuestas en el lugar. Y como por todos es sabido que el campo despierta el apetito, no podían faltar los puestos donde se venden exquisitos productos alimenticios que van desde los quesos, fiambres y sobrasadas hasta distintos tipos de miel de los distintos tipos de flores que crecen en las Pitiüses. Un placer para vista, olfato y gusto que se ve complementado con un gran catálogo de productos beneficiosos para la salud, como el aloé vera.
I. Muñoz