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El Consell Insular evita las viviendas de 30 metros en la reconversión de hoteles

La administración insular ha modificado el PTI para garantizar que las viviendas tengan un mínimo de 75 metros cuadrados y poner coto de esta manera a la oferta ilegal

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El Consell Insular ha aprobado una instrucción técnica para aclarar cómo se tiene que contabilizar la superficie mínima de las viviendas en los posibles proyectos de reconversión de la planta hotelera y evitar así que se puedan hacer 'miniapartamentos' de 30 metros.

El Plan Territorial Insular (PTI) determina en su norma 78 que el tamaño mínimo de vivienda autorizable será de 90 metros cuadrados construidos, partes comunes incluidas, y el número de viviendas resultantes no podrá ser superior a un tercio de las plazas turísticas del establecimiento. La instrucción técnica referida aclara qué se entiende por zonas comunes, puesto, que, según fuentes del Consell, esta puntualización de la norma puede llevar a muchas interpretaciones y propiciar «la presentación de proyectos de reconversión de hoteles en apartamentos de 30 metros».

El Consell considera que la superficie mínima de las viviendas no puede ser inferior a «75 metros cuadrados», que, según apunta, se corresponde con la media del mercado actual. Para ello, limita las zonas comunes a «la entrada principal, al escalera, los ascensores, los pasillos de cada planta y la caja de la escalera o del ascensor que se suele situar e la parte más elevada del inmueble». Viene a ser todos aquellos elementos comunes considerados tradicionalmente en las escrituras de constitución del régimen de división en propiedad horizontal.

Queda fuera, así, de lo que se entienden por zonas comunes «los parkings o zonas de aparcamiento, ya sean abiertas o cerradas, las áreas de recreo como piscinas, pistas deportivas, jardines y cualquier otro elemento al aire libre».

El presidente de la Federación hotelera de las Pitiüses, Pedro Matutes, entiende que esta medida debe servir para poner coto a la oferta ilegal. De todos modos, apunta que, por los altos costes, es difícil que en Eivissa se puedan acometer muchos proyectos de este tipo. «Es mucho más costoso reformar un hotel que llevar a cabo una construcción de nueva planta», apunta.

Los sindicatos, en cambio, se oponen a la reconversión hotelera en viviendas puesto que supone la pérdida de puestos de trabajo. En su lugar, apuestan por invertir en la remodelación de las instalaciones para alargar la temporada.

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