Precisamente, el Ayuntamiento fundamenta ahora su decisión de declarar ses Feixes suelo rústico inedificable en la existencia del BIC y la renuncia del gobierno insular del PP, en contra de lo que manifestó al principio de la legislatura, de mantenerlo intacto. El conseller insular de Patrimoni, Joan Marí Tur, repite una y otra vez que el BIC no impide que se pueda urbanizar la zona. En este sentido, el escrito del Consell remitido al juez puntualiza que «la declaración final de BIC no implica la alteración de la clasificación o calificación urbanística de los terrenos», en contra de los argumentos de la propiedad, que sostiene que se aprobó la figura de protección para impedir el desarrollo urbanístico de sus terrenos. «Es una realidad, entonces, que las calificaciones urbanísticas son independientes de las iniciativas públicas para proteger Bienes de Interés Cultural, y no se pueden aceptar como argumentos jurídicos para desvirtuar estas actuaciones proteccionistas para la defensa de nuestro patrimonio histórico», justifica el Consell, que, por ello, subraya: «Es absolutamente falso manifestar que la protección de la zona ha sido efectuada en orden a paralizar su proceso de desarrollo urbanístico».
La propiedad argumenta que los terrenos de la UA-12, el vértice colindante a la rotonda de Pachá, no conservan nada del antiguo sistema de feixa (salvo dos portales), aparte de que la zona está desecada. Sin embargo, los servicios jurídicos del Consell apuntan que el sistema de canales de ses Feixes, que califica de «único y extraordinario», se mantiene en la práctica totalidad de la zona, incluidas las zonas más deterioradas como la UA-12. El Consell recuerda en su escrito la existencia de un informe del Institut d'Estudis Eivissencs, como entidad consultiva, e insiste en que el acuerdo final «no ha sido nunca una actuación arbitraria, sino razonada».