El cambio de época es completo y ya se intuye la navidad en las calles de Eivissa. Y no sólo por el frío que ayer hacía estremecerse a muchos incautos que todavía osaban pasear escasamente abrigados por la ciudad. A la típica ornamentación que algunos establecimientos habían instalado hace algunas semanas, apenas pasado el puente de Todos los Santos, se une estos días la oficial, la que parece marcar el verdadero inicio de la tradicional fiesta: la compuesta por luces y guirnaldas en las grandes avenidas. Desde el pasado lunes, un equipo de operarios del Ayuntamiento se esfuerza en darle ese aire festivo y colorista del que tantos gozan en el mes de diciembre mientras otros lo detestan en inversas proporciones. Eivissa estará en pocas semanas más iluminada que nunca porque este año el consistorio ha decidido acabar con la escasez de luz ornamental que arrastraba desde hace años. Para ello ha destinado 60.000 euros en letreros, guirnaldas y paneles de bombillas que serán repartidas a lo largo de Bartomeu Roselló, Isidoro Macabich y la Avenida de España entre otras. El motivo principal no es sólo darle un toque más festivo a las calles que recorre a principios de enero la cabalgata de Reyes -que este año también sufrirá cambios, con mejores carrozas, vestuario y una puesta en escena más cuidada-. La idea es ofrecer una imagen más cuidada al visitante que se acerca en esta época a nuestra isla a la vez que se crea el ambiente típico que otras grandes ciudades tan bien logran. A la espera de poder repartir mediante una ordenanza municipal el dinero entre los comerciantes para que sean ellos los que decoren sus barriadas, ha sido el Ayuntamiento este año el encargado de hacerlo. Aunque, eso sí, ha pedido a los negocios que hagan un esfuerzo para que sus escaparates estén a la altura del colorido de las avenidas y crear así una atmósfera entrañable.
I. Muñoz