El gasoducto, que prevé construir la Conselleria balear de Comerç, Industria i Energia dentro del Plan Director Sectorial Energético, cuenta con algunos detractores en la zona de Levante debido a la instalación de la planta de compresión cerca de una zona residencial, según publicaba la prensa levantina a lo largo de la pasada semana.
El proyecto prevé conectar Dènia con Eivissa y Eivissa con Mallorca a través de un cable que tendrá una parte submarina y otra terrestre soterrada, con el fin de evitar el mínimo impacto ambiental y paisajístico posible, según constata en el Plan Sectorial de Energía del Govern balear. El trazado del cable saldrá del municipio de Dènia para entrar en Eivissa por la zona de Cala Gració hasta la central térmica de la isla. En una segunda conexión, la red insular conectará Cala Gració con la ciudad de Eivissa, desde donde parte el tramo de conducción submarino que enlazará con Mallorca entrando por la zona de Cas Tresorer.
Con estas previsiones, en la localidad levantina de El Verger, perteneciente al municipio de Dènia, el proyecto del gasoducto ha suscitado la polémica entre las administraciones. El alcalde de El Verger, Manolo Martínez, criticaba en la prensa levantina que las infraestructuras se ubicarán a escasos 500 metros de la zona residencial de Les Deveses. En este sentido, Martínez criticaba la falta de sensibilidad del Ayuntamiento de Dènia ante la decisión de ubicar los servicios que puedan acarrear problemas a los ciudadanos fuera de las inmediaciones del núcleo urbano de Dènia.
Con este panorama de crispación entre el equipo de gobierno nacionalista de El Verger y el socialista del Consistorio de Dènia, ambas administraciones se reunirán en los próximos días con el fin de dar a conocer el proyecto e intentar buscar una solución que no afecte ni a unos ni a otros. El Govern balear, por su parte, prevé tener acabada la conexión entre la Península y Balears a lo largo del 2007, con el fin de adherirse a la objetivos del protocolo de Kioto de reducir la emisión de CO.