Plantar un bosque encantado de tréboles de cuatro hojas en ses Salines, lanzar su propia marca de zapatillas y abrir una tienda de ropa 'surfera' en el centro de Evissa no son los únicos proyectos que Pocholo tiene en cartera para recibir el 2006. El hijo adoptivo y pródigo de esta isla quiere regalar suerte a través de sus propios billetes de lotería patentados como 'Suerte con sabor a Eivissa'. Si toca premio claro, porque esta vez, Pocholo piensa compartir su suerte con muchos, pero muchos ibicencos, porque según asegura, es para él, «una buena forma de divertirse».
-El año pasado regalaste mil euros en lotería a la Guardia Civil de Sant Antoni y a un ibicenco por haber encontrado tu mochila. ¿Para estas fiestas piensas hacer lo mismo?
-La verdad es que encuentro que regalar suerte es una manera de divertirme y me encanta. Y este año tengo el número 07887, que para mí es el 'siete Pocho Pocho siete', con el que voy a dedicarme a repartir lotería y regalar suerte de la siguiente forma: doy mi palabra de honor que, si me toca, a todo aquel que tenga un uniforme, le voy a dar una parte del premio. Lo voy a hacer porque es mi intención regalar felicidad a todas las personas que estén censadas o que trabajan aquí en un cuerpo del estado o del Ayuntamiento, y a ellos se los voy a regalar.
-¿Por qué la suerte tiene sabor a
Eivissa?
-Porque como yo vivo aquí, quiero que aquí tengamos suerte todos.
Por eso he decidido plantar un bosque encantado en la parte de ses
Salines que estará listo para el verano y que será para que los
niños y la gente mayor pueda merendar y pasearse sobre tréboles de
cuatro hojas a los que he bautizado como Quabol.
-¿Quabol?
-Sí, así lo he llamado y si la gente quiere saber más puede verlo
en www.tu4tuna.com. No es un tamagochi, es una plantita pequeña,
muy frágil, y su dieta es comer sol y dar felicidad. No se fuma, no
se come y es para regalar. Y así pienso exportar felicidad desde
Eivissa; cuando pueda hacer televisión hablaré del Quabol y de
Eivissa, como mi mochila habla de Eivissa y como la Pochila que
también es de aquí, porque es una nevera con ruedas que se puede
llevar a todas las fiestas de la isla y vale menos que dos
copas.
-Hablando de fiestas, ¿cómo va tu carrera de
dj?
-Bueno, llevo tres años pinchando música, he hecho unos 250 bolos
por España y me gano la vida. Creo que soy el mejor de los peores,
tengo grandes amigos en cabinas como David Moreno, como dj Sin
Plomo y como los chicos de Ibizarre. He pinchado tres años seguidos
viajando con mi carabana por toda España, que es un trabajo
arduo.
-¿Y cómo seguirá tu carrera musical?
-Quiero hacer un nuevo CD para seguir dando caña y contrarrestar un
poco a la gente de fuera, que se piensa que aquí no sabemos hacer
nada. Porque he estado esperando todo el verano para poner música
aquí y me han dado la oportunidad en los cierres. Este verano
espero que, ya que me he dedicado a ir por toda España con la
música, pueda tener, a parte del bosque encantado, un claro
planteamiento de no moverme de la isla y tener mi residencia
musical.
-¿También piensas abrir una tienda en el centro de Eivissa?
-Sí, es una franquicia de la marca Indian Tarifa donde también estarán mis zapatillas 'Mucho Pocho'.
-Llevas 30 años viviendo en la isla. ¿Cómo la has visto evolucionar?
-La isla la veo como el mundo: las cosas cambian, la gente joven se divierte de otra manera, se alimenta de un amor diferente, de diferentes valores y de diferentes momentos, pero en la vida todo es un cambio, un cambio constante. Más allá de todo eso la isla me sigue gustando a mí muchísimo y la voy a defender a capa y espada.
-¿Qué opinas sobre el hecho de que gente de toda España identifique Eivissa directamente contigo?
-La gente me quiere porque llevo aquí 30 años viviendo, y si te portas bien, la gente te quiere. Yo voy por la isla y hasta los que vienen del Imserso preguntan en el aeropuerto por mí. Y aunque hay gente que no quiera reconocerlo, creo que a la isla yo la quiero bien y que he hecho lo que he podido a nivel humano. Me parece, desde luego, que lo he hecho mejor que los otros, porque lo que se ha transmitido a la gente que viene aquí y que me quiere ver, es algo bueno, y la verdad que para mí es un placer que pregunten por mí y por la isla como si fuéramos uno.
Luciana Aversa