El Consell aprobó por unanimidad en el pleno de diciembre de 2002 la propuesta de crear una escuela de música en la que tuvieran cabida estilos como el jazz, el blues, el rock y el flamenco. Tres años después todavía no se ha ejecutado el proyecto. Por eso desde la asociación de músicos Sargantana reclaman ahora a la institución que les deje un espacio en el edificio de la Comandancia Militar, cuya compra se hizo efectiva la semana pasada y en el que se prevé situar la nueva sede la extensión de la Universitat de les Illes Balears. Los músicos piensan que en un edificio tan grande, que tiene tres plantas y más de 2.000 metros cuadrados construidos, y que además se destina a fines educativos, puede haber un «rinconcito» para esta escuela. Ramón Mayol, portavoz de Sargantana, explica que ahora mismo hay un vacío enorme en la enseñanza musical en la isla. Sólo hay oferta pública para aprender estilo clásico tanto en el Conservatorio como en las diferentes escuelas municipales. Pero no hay posibilidad de tomar clases de bajo, guitarra eléctrica, batería, teclado o de música por ordenador.
«Nuestra intención es que la escuela la dirija un músico de carrera, y después contar con profesores de la isla, con intérpretes de sobrada experiencia como Manolo Díaz, Rafa Peletey o Víctor Gresely para dar clases de los diferentes instrumentos», explica Mayol, que añade que también invitarían a expertos de fuera para impartir cursillos intensivos periódicamente.
Para poner en marcha este centro tan sólo les haría falta un local, porque desde Sargantana ya han hecho un plan económico «bien documentado» que les permitiría ser autosuficientes y financiarse a través de los alumnos, que no les faltarían, «porque hay mucha demanda de este tipo de enseñanza».
Desde Sargantana critican al Consell porque «sólo hay buenas palabras y no compromisos», ya que «se escudan en la falta de presupuesto».C. R.