Iván Muñoz
Tras la renuncia de Pepe Verdera a hacerse con las riendas de la SD
Eivissa, les toca mover ficha a los dos vicepresidentes restantes.
Se trata de Manuel Grimaldo y Pedro Ortega, que en la próxima
reunión que celebre la junta directiva tendrán que manifestar si
aceptan ponerse al frente de la entidad. Pero es este último el que
más dispuesto parece a gestionar la situación: «Estoy dispuesto a
coger las riendas del equipo. Ya me ofrecí la vez anterior»,
manifestó ayer. Según Ortega, fue la intercesión de Riera lo que
impidió que ya saliera de aquella reunión como cabeza visible del
Eivissa: «Mariano dijo que tenía que ser presidente el primer
vicepresidente», aseguró. Ortega no esconde su perplejidad acerca
de todo lo que está acaeciendo en el seno de la entidad vermellona:
«Estas cosas no las he visto nunca en ninguna institución en la que
he estado. Creo que no es así como se debe actuar. Mariano tendría
que haberse apartado y dejar que las decisiones las tomen los
miembros de la junta directiva», dijo. Y concluyó: «Estoy dispuesto
a trabajar por el Eivissa con Manuel Grimaldo, tanto siendo él la
cabeza visible y yo por detrás como al revés».
Grimaldo pide tiempo
Grimaldo, que se encuentra de vacaciones en Punta Cana, no quiere
pronunciarse hasta volver a Eivissa: «Yo hasta que no esté en
Eivissa y hable con la directiva no voy a decidir nada. Por eso he
pedido que aplacen la reunión hasta el jueves. Me lo tengo que
pensar porque lo de Pepe me ha cogido de sorpresa. La directiva me
ha dicho que están todos conmigo, pero lo tengo que hablar
personalmente con ellos», manifestó. Además, aseguró: «Tanto si soy
yo el presidente como si lo es Pedro Ortega sacaremos esto para
adelante».
Equipo al margen
Carlos Simón, entrenador del equipo, calificó los últimos
acontecimientos como «una más de tantas», aunque añadió: «Nosotros
tenemos que mantenernos al margen y trabajar para clasificarnos».
Simón aseguró que lo ocurrido no le coge de sorpresa: «Vi a Pepe
Verdera muy dubitativo cuando me reuní con él antes de irme de
vacaciones». En cuanto a las declaraciones de Riera en las que
dejaba entrever la imposibilidad económica de realizar fichajes, el
entrenador expresó su malestar: «Si no llegan refuerzos
trabajaremos con lo que hay para llegar lo más alto posible, pero
tengo motivos para estar decepcionado con éste y con muchos otros
temas». Según el técnico, algunas de las bajas concedidas en la
plantilla estaban supeditadas a la contratación de nuevos jugadores
con el ahorro de sus fichas: «Con la marcha del preparador físico,
Oviedo, Benjumea y Agustín Felipe, el club deja de pagar casi un
millón de pesetas al mes. Con ese dinero se podría traer a dos
buenos jugadores. Me siento totalmente engañado y defraudado porque
si las cosas se hablan es para cumplirlas», dijo. A pesar de todo
esto, cree que hay una plantilla solvente y confía en conseguir los
objetivos.
Todo en el aire
Ortega da un paso al frente para hacerse con la presidencia y Grimaldo pide tiempo para pensarlo