La asociación ecologista GEN ha puesto como fecha límite el 31 de marzo para que las instituciones implicadas en la preservación de los bienes que consiguieron la declaración de Patrimonio de la Humanidad en 1999 adquieran un compromiso formal que impida su «preocupante» degradación. De no hacerlo, los ecologistas remitirán a la Unesco, organismo supranacional que otorga el título, un informe pormenorizado sobre la situación general del recinto amurallado de Dalt Vila, la necrópolis púnica de Puig des Molins, las praderas de posidonia oceanica y el yacimiento fenicio de sa Caleta.
«El GEN ofrece un periodo hasta el 31 de marzo de 2006 para remitir a la Unesco un informe detallado sobre la situación actual de los bienes y del Consorci [entidad que debe velar por el cuidado patrimonial distinguido en la que participan Ayuntamiento, Consell, Govern y Estado central] si por esta fecha las instituciones públicas no han dado pasos concretas que permitan pronosticar un futuro para nuestro patrimonio más universal», señala la asociación a través de un comunicado de prensa.
«El objetivo de esta medida es presionar (...) para que recuperen la unidad de acción, dejen al margen disputas políticas estériles y asuman la alta responsabilidad encomendada desde la Unesco en 1999 para mejorar unos elementos que no son sólo orgullo para Eivissa, sino un patrimonio de toda la humanidad», añade.
El GEN asegura que los proyectos llevados a cabo se limitan a un único bien en Dalt Vila y de manera «muy insignificante» en la necrópolis del Puig des Molins. «El resto (...) o bien no han visto ni un solo euro ni ninguna acción para frenar su degradación, en el caso de la posidonia, o bien la intervención que han padecido ha sido un auténtico atentado, caso del poblado fenicio de sa Caleta».
Por esta razón, el Grup d'Estudis de sa Naturalesa considera «especialmente grave y alarmante» la situación en que se encuentran los bienes distinguidos en diciembre de 1999 con el título de Patrimonio de la Humanidad. «Dado el tiempo transcurrido y la falta de actuaciones (...), el GEN considera que se ha llegado a un extremo en el cual la única solución posible es poner los hechos en conocimiento de la Unesco para que insten a las instituciones a reactivar el Consorci y ejecutar acciones concretas para rehabilitar los bienes teóricamente preservados».