Catalina Marí Torres nació tal día como ayer hace 100 años en Can Xic d'en Toni Negre, una casa payesa de Sant Vicent de Sa Cala. Era la penúltima de los nueve hijos que tenía el matrimonio y al parecer, era la más débil de todos. «Siempre ha sido la que más se ha quejado de pequeñas dolencias de todos los hermanos y fíjate a dónde ha llegado», explicaba ayer su única hija, María Torres.
Catalina supera el centenar de años, pero se encuentra perfectamente. Come de todo, incluso sobrasada, y tan sólo tiene algunos problemas para caminar. De cabeza también está bien, aunque tiene días más lúcidos que otros. Vive con su hija y con su marido Toni, de 95 años, que también le acompañó ayer en el homenaje que le dispensó el pueblo de Sant Vicent. Primero hubo una misa en su honor, a la que acudieron numerosos familiares y vecinos, -no se cabía en la iglesia- y después se celebró un acto de reconocimiento en el cine de Sant Vicent, donde el alcalde de Sant Joan, Antoni Marí, le entregó una placa y un ramo de flores. Pero no fueron los únicos regalos que recibió. Uno a uno, numerosos vecinos la felicitaron y le trajeron obsequios. Los primeros fueron sus biznietos, que le regalaron una figurita de barro y un ramo de flores, pero no faltaron imágenes de santos, ensaimadas, flores e incluso dinero. La homenajeada esperaba desde hacía días la fiesta, aunque ayer ya estaba algo cansada y tenía ganas de quitarse la vestimenta típica ibicenca.
Uno de sus familiares, Vicent Marí, explicaba ayer que probablemente el matrimonio formado por Catalina y Toni sea uno de los más longevos de la isla, ya que entre los dos suman 195 años. Una pareja de las que ya no se ven, porque este próximo 25 de julio cumplirán 70 años casados.
Catalina siempre ha vivido en Sant Vicent de Sa Cala -sólo una vez salió de la isla para ir a Palma, donde la operaron- y durante toda su vida se ha dedicado al cuidado de los animales y del campo. Y siempre con alegría, porque los vecinos todavía recuerdan que las de su casa eran las matanzas más concurridas de la zona.C. Roig
¿Cuál es el secreto de la longevidad de esta mujer? Su hija dice que nunca ha tenido nada grave y que come de todo. Otro familiar apunta a la buena genética. De hecho, la madre de Catalina alcanzó los 102 años, y todos sus hermanos han fallecido con 80 o 90. Ahora mismo es la mujer más anciana de Sant Vicent, donde también hay un señor de casi 101 años.