El Ayuntamiento de Eivissa pagó alojamientos en pensiones a personas sin hogar durante la ola de frío que pasó por Eivissa a finales del mes de enero. El pago de un alojamiento en una pensión se adopta ante la falta de plazas existentes en Centro de Acogida Municipal, el único existente en la isla y receptor de usuarios de todos los municipios, que estaba al cien por cien de ocupación durante los días en los que se registró una bajada drástica de temperaturas.
El aviso de una ola de frío supuso que se activara un dispositivo especial, por parte de los servicios sociales municipales, para ofrecer un alojamiento, en el albergue o en pensiones, desde el 27 de enero hasta el lunes 30. Además, se avisó a Cáritas de la existencia de este recurso para todos los posible usuarios del centro de día.
El albergue tiene una capacidad para 20 camas. Durante estos días, la ocupación era cien por cien, salvo la reserva de dos habitaciones ante una urgencia a última hora, que deriva la Policía, mujeres o personas con problemas mentales.
El servicio de prestaciones se realizó de tal manera que cada día tenían que pasar por el albergue a recoger una cantidad de dinero para pagar una noche de pensión. Al día siguiente, con la correspondiente factura que atestigua su paso por la pensión, se le entrega la segunda cantidad para la siguiente noche y así, consecutivamente, hasta el lunes. El primer día acudieron a recoger el dinero diez personas, pero el sábado sólo seis llevaron la factura. «No es una seguridad de que es dinero se vaya a utilizar para dormir, pero ese es el objetivo», comentó Noelia Fajardo, trabajadora social de Provivienda, empresa que gestiona el centro de acogida municipal.
El pago de un alojamiento se realiza en contadas excepciones, como el caso de una ola de frío. En esta situación, el albergue pasa de ser un centro de alta exigencia, con unas normas que han de cumplir los usuarios, a de baja exigencia, en el que se admite a todo tipo de personas.-
En estos días, la ocupación del albergue es muy elevada, ya que de las 20 camas existentes sólo hay cuatro que están libres. De estos 16 usuarios, nueve de ellos son residentes, que llevan más de un año en la isla, y el resto, siete, son transeúntes.