Cuando los bebés son muy pequeños todavía no pueden distinguir entre una textura u otra, pero sí pueden comenzar a familiarizarse con ellas. Para esto sirve un taller que se llevó a cabo ayer por la tarde en la guardería municipal de Vila y que se enmarca dentro de los «Jocs en família», un espacio en el que los padres pueden acudir con sus hijos para trabajar diferentes aspectos, como la psicomotricidad, la danza, o la música. Ayer tocaba estimular el tacto de los más pequeñines, los que tienen entre 0 y 12 meses. Para ello en la guardería habían dispuesto una piscina llena de pelotitas lisas y con pinchos y una serie de bolsas y globos rellenos de pasta, lentejas o azúcar. El suelo también estaba cubierto de diferentes texturas. Por ejemplo moqueta, papel de embalaje o de regalo. «Es importante que los bebés comiencen a experimentar», explicó una de las educadoras encargadas de impartir el taller, Esther Gómez.
Paso previo a entrar en contacto con todo este material, los papás y mamás y sus bebés debían descalzarse. «A la mía la piscina de pelotas le encanta, la voy a meter ahí», decía ayer una madre ya experimentada en estas lides.
Otra de las educadoras, Ana Cardona, destacó que son actividades que tienen muchísimo éxito y esto se debe a que hay «muy pocos espacios de este tipo en los que los padres puedan disfrutar de sus hijos». Porque básicamente se trata de eso, de un lugar agradable en el que papás y mamás aprenden a jugar y a comunicarse mejor con sus pequeños.
C. Roig