El 38 por ciento de los profesores no universitarios padecen el síndrome de agotamiento profesional, más conocido como 'burn out'. Enfermería es otra de las profesiones en la que también se registra una incidencia elevada, según los datos aportados por la catedrática de Psicología Social de la UIB, Maria Antònia Manassero, que ofrece un curso en la sede de Eivissa sobre cómo afrontar el estrés laboral y el síndrome de agotamiento profesional 'burn out', así como manejar las emociones en el trabajo.
El estrés siempre ha existido «porque es un mecanismo adaptativo del ser humano, antes servía para salir corriendo cuando venía un animal pero ahora no puedes salir corriendo del trabajo», explica. El 'burn out', un fenómeno del que se empieza a hablar en 1974, está asociado a varios aspectos: procesos organizativos en profesiones con ambigüedad del rol que ha bajado el reconocimiento social, los que tienen un cara a cara con otra persona y donde se haya perdido un apoyo social. «Profesiones como los profesores que han perdido respeto social o prestigio tienen más números», señaló.
Manasero explica que el 'burn out' es silencioso « porque la gente no habla de que se siente mal ya que piensa que falla como un profesional». Recuerda el caso de un profesor de instituto con una alumna que generaba mucha tensión en el aula y empieza a pensar que es un mal profesor. «Un día lo comenta con el resto de profesores, que sufren la misma situación y se corta el proceso, porque ya no es una cuestión propia de una persona».