El número de solicitudes de divorcio en las Pitiüses se ha triplicado en los cinco primeros meses y medio de este año respecto al mismo periodo de 2005. Entre el 1 de enero y el 15 de mayo del año pasado hubo 44 solicitudes, mientras que en 2006 han sido 130, lo que representa un incremento del 295%. Este llamativo aumento no puede achacarse en exclusiva a las facilidades para realizar el trámite que ha supuesto la reciente aprobación de la reforma de la Ley del Divorcio de 1981, según el sociólogo mallorquín Antoni Taravini, presidente de la Fundación Gadeso, a pesar de que el descenso de las peticiones de separación es aún mayor que el aumento registrado en las de divorcio. Hasta el 15 de mayo de este año se emprendieron 11 procesos de separación, mientras que en los mismos meses de 2005 fueron 56, es decir, un descenso interanual del 509%. Es decir, los divorcios se triplican mientras las separaciones caen hasta quedarse en la quinta parte. La reforma de la Ley del Divorcio ha acortado el proceso hasta los dos meses. Esto ha hecho que en toda España aumente el número de divorcios, pero no tanto como en Eivissa. En Mallorca, por ejemplo, las peticiones se han duplicado.
«Están aumentando de manera muy sensible los divorcios y en parte tiene que ver con la facilitación de la tramitación, que evita las separaciones, que es una situación transitoria», razonó el sociólogo. «Pero si analizamos vemos que, en realidad, el número de divorcios es superior a la disminución de las separaciones», señaló. «Antes de realizar un análisis hace falta investigar en profundidad, pero pienso que hay una tendencia a que cuando una relación personal que no se sostiene de manera casi inmediata se pasa a la situación de disolución con distintas fórmulas y se va al divorcio porque tiene ventajas económicas y emotivas», explicó. Echar mano del divorcio cada vez más pronto, se debe a dos motivos, según Taravini. «Primero porque de algún modo las relaciones personales se están estableciendo con un carácter de mayor provisionalidad y se piensa que esa relación tiene un vencimiento y después porque, si mirásemos las edades, tengo la sospecha de que no sólo son jóvenes, sino también de mediana edad y maduros que hasta ahora, sobre todo en el caso de la mujer, tenían que mantener un status aunque la relación estuviese rota. Ahora las parejas maduras dan el paso adelante».