Si hay certámenes en los que se premia la ingeniosa utilización del tiempo libre, ése es el Salón del Hobby de Barcelona, que el pasado fin de semana celebró su undécima edición. Un concurso que hace tres años comenzó a visitar Manel Mateu, actualmente jubilado, y en el que esta vez decidió presentar sus originales creaciones a las que da forma con herramientas inventadas para lograr el resultado deseado: crear barcos embotellados.
Mateu, convencido por un camarero amigo que ya había presentado en alguna ocasión sus dioramas, decidió mostrar una veintena de veleros construidos en el interior de distintas botellas que le valieron el Primer premio de la categoría especial del concurso. Una exposición que no sólo agradó al jurado sino también a los visitantes del salón que se acercaban a su stand expositor para conocer cómo era posible hacerlo.
«Meter un barco en una botella no es tarea fácil», expresó Mateu, recién llegado de su participación en el salón. «Debo hacerlos con herramientas que también ingenio para que se adapten a los condicionantes del trabajo», agregó.
En este sentido, Mateu suma a la difícil tarea de meter un barco en una botella la complicada búsqueda de botellas especiales, transparentes; eso sí, para que se luzcan sus barcos. Y algunas llegan a tener formas extravagantes, aunque sus favoritas son ahora poco frecuentes, las de suero para hospitales, que ahora están en vías de extinción al ser sustituidas por las bolsas plástico.
Al Salón del Hobby, como es de esperar, concurren todo tipo de originales propuestas que pueden ir, por ejemplo, desde un taller de construcción con ladrillos de verdad en miniatura hasta piscinas especiales para barcos y motos de agua a control remoto.
En su stand, Mateu ofreció una secuencia del progreso en el trabajo de la réplica del pailebote «Rafael Verdera», como marco para sus triunfadores barcos embotellados. Como premio, Mateu se llevó de recuerdo un trofeo de metacrilato que le fue entregado por el director del salón, Antonio García Soler.
Además, en su abanico de barcos construidos o proyectados, Mateu tiene planos que incluyen desde embarcaciones históricas, como son los juncos chinos a las imprescindibles carabelas.L.A.
Entre las genialidades que se podían ver el fin de semana pasado en la muestra, Mateu se maravilló con las réplicas exactas y a escala de los trenes a vapor presentes en el certamen. Lo destacable de estos trenes era que también funcionaban a carbón, como lo hacían los de verdad a comienzos del siglo pasado.