Al menos 200 personas inauguraron ayer la fiesta del vino de Sant Mateu, que comenzó a las 18,00 horas con todo a punto para recibir a los vecinos de la isla, deseosos de probar los caldos elaborados a partir de la abundante cosecha de este año.
La cita con la 'XVI Festa d'es vi pagès', que se celebró, como siempre, en el polideportivo de Sant Mateu, volvió a ser de esta forma uno de los encuentros más populares del año ya que muchos quisieron darse una vuelta para degustar los 35 caldos diferentes, elaborados por los vecinos, y acompañados por 360 kilos de matanzas de sobrasada y butifarrón.
Una larga mesa llena de porrons, las filas de gente para catarlos y las bañeras para calentar aún más el ambiente se combinaron con una demostración de ball pagès ofrecida por Sa colla de S'Aubarca y con una exposición de artesanía típica a cargo de la Asociación de dones pagesas, que por primera vez acompaña a esta fiesta.
El buen tiempo sorprendió gratamente a la Asociación de vecinos de Sant Mateu, el grupo organizador, que a mediodía temía por el buen curso de la fiesta debido al fuerte viento que soplaba en es Amunts. «Y ahora hace un tiempo estupendo», celebraba ayer Toni Serra, miembro de la organización.
Detrás de la larga mesa, los siete u ocho vecinos encargados de atender al público no daban abasto para tantas solicitudes: las sobrasadas se vendían a ritmo forzado y los porrons pasaban de mano en mano y se perdían entre la multitud, a la vez que la asociación de padres del colegio de Sant Mateu elaboraba bunyols y los servía calentitos para quien los quisiera probar.
Más entrada la noche , ya eran cientos las personas que pasaban por allí para disfrutar de una noche que además estuvo animada por la música del grupo 'La Señal'. «Esta noche vino no faltará», comentaba Serra en el transcurso de la fiesta haciendo referencia a las 50 garrafas de 16 litros a disposición y de forma gratuita para todos los asistentes.
Llegó un momento de la noche en que nada menos que 200 porrones recorrían el ancho y largo del polideportivo bailando de mano en mano. Algunos conocedores devi pagès opinaban y comentaban el sabor de uno y de otro, pero lo cierto es que entre los presentes nadie se quería quedar sin probar el caldo de cada casa. Ya cerca del fin de fiesta, no se podría asegurar si, entre tanta gente que pasó y tanto vino degustado, alguien se habría quedado con algún favorito, pero lo cierto es que nadie dejó de catar y compartir evi de las familias de Sant Mateu. Y como colofón, por primera vez hubo un castillo de fuegos artificiales que clausuró el exitoso encuentro.
Luciana Aversa