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El comercio de la discordia

La apertura de franquicias en Eivissa se convierte en el quebradero de cabeza de los pequeños empresarios

BEA ROSELLÓ
La apertura en los últimos años de varios comercios en el centro de Eivissa pertenecientes a grandes franquicias nacionales se ha convertido en el gran quebradero de cabeza de los pequeños empresarios de la isla, de la autoridad municipal y del ejecutivo autonómico. A pesar de que todos estos comercios llevan abiertos hace ya un tiempo, la conselleria de Comerç, Indústria i Energia ha concluido ya los expedientes sancionadores con multas de hasta 300.000 euros en los últimos cuatro casos (Pepe Jeans, Pimkie, Springfield y Women's Secret).

Todas estas sanciones se han considerado muy graves por no contar con la autorización autonómica correspondiente, que por ley debe preceder a la ley de actividad municipal, con la que supuestamente sí cuentan. Asimismo, la ley de ordenación de la actividad comercial con la que se rige la Conselleria balear de Comerç, Indústria i Energia establece que los grandes establecimientos son aquellas empresas que concurran en alguno de los siguientes criterios: que tengan más de 250 trabajadores, que cuenten con un volumen de negocio anual que supere los 40 millones de euros o un balance anual superior a 27 millones de euros.

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