Las fiestas patronales de Sant Ferran que culminaron anoche no estuvieron exentas de polémica ya que los actos religiosos tradicionales, por primera vez en muchos años, se celebraron por la tarde, a partir de las siete, en lugar de, como era de rigor, en la misa de las doce así como la procesión, eball pagés y el convite del Obispado en el Salón Parroquial. El malestar fue tal que algunas personas de edad de Sant Ferran se negaron a ir a la misa y posterior procesión porque «con más de setenta años que tengo es la primera vez que nos cambian la misa de hora, siempre ha sido a las doce y por tanto no pienso ir», decía una señora indignada. En este sentido algunos mayores decían que era muy tarde, que su ritmo de vida es otro y que a las horas de ball pagès, ya es momento de cerrar ventanas, puertas y ponerse a descansar. Se ignora el motivo de ese cambio aunque demasiadas personas apuntaban en una única dirección que ya ha sido, en los últimos tiempos, motivo de polémica y el propio capellán confirmaba que él había sugerido a los obreros, los que llevan las imágenes de la procesión cambiar el horario.
Aparte de la polémica la plaza del Pueblo de Sant Ferran acogió un nutrido número de personas, en especial turistas, que no dejaron de atisbar en el interior de la iglesia y fotografiar la procesión y en especial eball pagès que siempre suscita curiosidad y admiración. En cuanto a las actividades lúdicas o musicales, en la noche del martes actuaron Sanatorio, Het-Z-Mek y Tired of life que con su rock, o hard rock mantuvieron a los alrededores de la plaza en vilo en una fiesta que se alargó hasta casi las cuatro de la madrugada. Y anoche la música tenía otro sabor, para empezar los formenterenses 4 de Copes especialistas pop rock, a quienes siguieron el grupo de la Catalunya Central, Strombers, especialistas en ska y funk, mientras que el fin de fiesta, lo escenificaban Formentera Connection con versiones de rock de toda la vida. Se echó en falta esas dos noches que no hubiera barras de bar, pinchos, bocatas o torradas pero algunos de los antiguos miembros de la Comisión de Fiestas confesaron que se habían tomado un respiro.
Guillermo Romaní