ira la vaca qué grande!, comentaba ayer un niño de ocho años a su profesora, quien intentaba mantener el control del resto de sus compañeros. Bajo un sol acogedor que en ocasiones iba acompañado de una ligera brisa otoñal, los autobuses escolares descargaban niños y más niños, quienes bajo instrucciones de sus profesoras iban descubriendo poco a poco los animales de la Fira del bestiar de Santa Gertrudis. Durante primera hora del día de ayer más de 1.000 escolares pertenecientes a una gran representación de colegios de la isla, como el CP Santa Eulària, CP Santa Agnès o Can Gerxo, pasearon por las instalaciones de esta finca y se deshicieron en comentarios hacia los muchos animalitos que había en el espacio habilitado para el recorrido. De entre ellos el que más halagos y caricias recibió fue una monumental vaca que no se inmutó al sentir la algarabía infantil, acompañada en muchos casos con caricias sobre el lomo o la cabeza del animal. «Queremos que mantengan contacto con la naturaleza, por eso venimos todos los años», comentaba Enrique Tarancón, profesor de tercero de primaria del CP Santa Eulària, mientras sus pequeños le requerían para continuar con el recorrido.
Una vez vista la gran vaca y los adorables cabritillos, los niños del colegio Can Gerxo optaron por subirse a los tractores expuestos para que sus profesoras les hicieran fotografías. «A mí lo que más me ha gustado ha sido la vaca más grande, los loros, las cabras y que nos han dejado probar miel y coger un huevo de las gallinas», aseguró Sofía Luján, que con 10 años tiene muy claro qué es la feria de Santa Gertrudis: «Hay pájaros, gallinas, loros, vacas; esto es una selva, pero sin monos». Durante la mañana de ayer no sólo los niños y sus profesores se interesaron por la fauna de Can Caus ya que, por ejemplo, Maria Boned, una entrañable señora de Sant Antoni aseguró estar encantada viendo los animales: «Me he criado en el campo y siempre hemos tenido de todo, por eso me encantan». l María José Real