EUROPA PRESS- PALMA
El fiscal jefe de Balears, Bartomeu Barceló, consideró ayer que las detenciones de altos cargos políticos están poniendo fin a la sensación de «impunidad» ante la corrupción, de forma que aseguró que las últimas actuaciones judiciales de la Fiscalía Anticorrupción «más que miedo están generando un respeto» en aquellas personas que administran los fondos públicos, respecto a la necesidad de actuar con «mucha pulcritud».
En una entrevista concedida a Europa Press, Barceló remarcó que no existe una sociedad ni una formación política «corrupta», por lo que dijo que «no se puede generalizar», ya que, según indicó, sólo hay personas individuales que hacen cambalaches y se quedan con el dinero y que, en algunos casos, forman una trama». «Quizá hay uno o diez garbanzos negros dentro de un partido, a los que hay que apartar de la vida política si se cree que han metido la mano en el cajón», aseveró.
Por otro lado, consideró que Balears «no es tierra de cultivo de la corrupción» y, en este sentido, afirmó que si han surgido «tantos casos» en los últimos años, es debido a que se «descubren más» en esta Comunitat Autònoma, gracias a la labor de la Justicia, o porque se registran más denuncias ante la Fiscalía.
Asimismo, Barceló subrayó que si hubiera más controles previos por parte de las instituciones públicas, las consecuencias de la corrupción serían «menores que las que está habiendo», aunque señaló que esto depende «del gobernante de cada momento, que es a quien corresponde la competencia de administrar el dinero público».
El fiscal superior de Balears indicó que en general, alrededor de la persona corrupta hay un «grupo de individuos más o menos amplio que se beneficia de ello y que cuenta con favores y privilegios». Pese a ello, destacó que los ciudadanos van «tomando conciencia» de estas situaciones y, por ello, las denuncian ante la Justicia, debido a que «no les gusta que sus impuestos vayan a personas que de una forma abierta van consiguiendo beneficios particulares».
Casos
Finalmente, Barceló apuntó que cuando la policía detiene a una persona que ha tenido una responsabilidad dentro de la administración, como la ex-gerente del Consorcio para el Desarrollo Económico de Balears, Antònia Ordinas, y el ex-director general de Promoció Industrial, Kurt Viaene, «perjudica la imagen de la política y de los gobernantes y genera una desconfianza en el ciudadano respecto a la institución pública».
El fiscal jefe de Balears insistió en que «no hay partidos corruptos, sino personas individuales que hacen cambalaches y se quedan con el dinero», concretó.