Alrededor de medio millar de personas se manifestaron en Vila para defender el empleo y reclamar medidas que impidan que las empresas hagan recaer en sus empleados los efectos de la recesión, tanto con despidos como con una menor contratación, «la cual puede llegar a caer hasta un 25% esta temporada», explicó Enrique Lorenzo, secretario general de USO, convocante de la marcha junto a UGT y CCOO. El objetivo de la movilización lo resumía el máximo responsable de Comisiones, Felipe Zarco: «En nombre de la crisis se están haciendo muchas barbaridades, la mayoría de los despidos son improcedentes y los que son procedentes no suelen hacerse de forma legal».
La marcha, que se inició a las 19'45 horas en el Parque de la Paz y acabó en Vara de Rey tras recorrer la avenida España, iba encabezada por una pancarta con el lema 'Per l'ocupació. Prou d'expedients y acomiadaments. Per la millora de la prestació de l'atur'. «Ésta es la primera movilización de un año que va a ser caliente porque queremos demostrar que no nos vamos a callar ante la precariedad y para exigir que se dé la protección necesaria a los trabajadores y desempleados», defendía Lorenzo.
En la marcha, pocas caras conocidas del mundo político local. La inmensa mayoría eran políticos vinculados a Eivissa pel Canvi, única formación que había mostrado oficialmente su apoyo a la convocatoria. Bastante atrás en la marcha se podía ver a Albert Prats, Marian Suárez o Miquel Ramón. De socialistas de renombre únicamente se pudo ver a Juan Navarro, responsable de Sanidad, y a Carlos Salinas.
«No hemos querido hacer una manifestación política y por eso no hemos pedido tampoco el apoyo de los partidos», defendió Zarco. «Siempre se espera que venga alguien más, pero somos los que somos y podemos estar relativamente satisfechos», señalaba Diego Ruiz, de UGT. «Ahora hay muchos trabajadores que están en la misma situación que todos los años, a la espera del llamamiento para la temporada, pero en cuanto vean que esos contratos no llegan empezarán a notar la crisis», añadió.
Manifiesto
La marcha finalizaba con la lectura de un manifiesto conjunto para Balears en el que se mostraba el rechazo a que «una minoría de ejecutivos, con comportamientos egoístas intolerables, se apropien de los beneficios colectivos deslocalizando y despidiendo a trabajadores sin justificación». Igualmente, se exigía que los bancos faciliten el crédito a las familias y las empresas, instando al Estado a «revisar su política de apoyo al sistema financiero» en caso contrario. También se pedía el cambio a un modelo de producción más estable y que, «mientras se consigue reactivar la economía, se deben mejorar las medidas de protección a los trabajadores más gravemente afectados por la crisis».