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Albert Moragues: «Hay que trabajar para que seamos un país, no cuatro»

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De su conselleria 'cuelgan' 10 direcciones generales, «casi un gobierno en pequeñito». Además, ejerce de coordinador entre todas las conselleries y entre los partidos que forman el Ejecutivo. Albert Moragues (Maó, 1953) es, de hecho, un vicepresidente aunque, oficialmente, sea el conseller de Presidència. Y no se corta al opinar.

-¿Es más difícil coordinarse con el Bloc o con UM?

-Le puedo decir que, muchas veces, es más complicado con los del PSOE. Y es verdad.

-La Ejecutiva del PSOE balear ha constatado algún fallo en la comunicación del Govern.

-Ese es el eterno debate. Un gobierno siempre comunica 'a través de' y cuando llega el mensaje final uno no termina nunca de estar satisfecho. Lo que no puede ser es que pensemos que el trabajo político siempre tiene que tener rentabilidad comunicacional. Es verdad que tenemos algún problema de comunicación pero eso siempre será así.

-Y el 'decreto Nadal' no se llama en realidad 'decreto Nadal'.

-No, claro; el decreto que impulsa las inversiones tiene dos partes y en él han trabajado dos conselleries. Una parte se refiere al plan Renove turístico, pero el objetivo es impulsar inversiones públicas y reducir los plazos de las obras de interés público.

-¿Acortando trámites y autorizando obras por la vía rápida?, ¿No provoca fricciones?

-Claro, negociar un decreto que suspende temporalmente algunas cosas que son muy sensibles para las instituciones y la izquierda en especial, tiene que provocar algunos problemas. Es una suspensión de garantías, pero la situación económica lo requiere. Nos aventuramos y propusimos a los consells suspender estas garantías. La negociación fue difícil. No sólo con los consells. El Bloc, por ejemplo, estaba radicalmente en contra. Por eso esa ley tiene tantas disposiciones adicionales.

-El Bloc también está muy quejoso por el modelo de IB3.

-Nada es fácil: esta televisión se montó sin modelo. Nos colocaron una televisión generalista que competía con las demás televisiones, pero pagada con dinero público. Y eso es un absurdo. ¿Tenía Balears necesidad de esa televisión cuando hay cientos de canales que ofrecían lo mismo?

-Le devuelvo la pregunta.

-No tenía necesidad. Por eso, intentamos poner orden y priorizar: queremos informativos creíbles, y se está consiguiendo; queremos una televisión monolingüe y en catalán, que apueste por el deporte y la cultura de aquí. Ahora estamos en fase de saber de qué cosas podemos prescindir. Hay programas que hace la televisión autonómica que si yo fuera el responsable, no se harían. No aportan nada al espacio audiovisual de las Islas. Y eso es lo que estamos debatiendo, aparte de cuestiones como internalización sí o no y un dato que a veces se olvida: hay que ponerle un límite presupuestario. De eso debatimos. Naturalmente, con fricciones, incluso en el propio partido. Y en otras instituciones. Me pregunto: ¿cada institución insular debe tener su propia televisión? Yo, pero es mi opinión, creo que no. Nos podemos encontrar con un mercado audiovisual absolutamente loco. Bastaría con una, según el modelo alemán de televisión territorializada. Pero hay gente en mi gobierno que eso no le gusta.

-Usted es menorquín. ¿Existe la comunidad autónoma de Balears?, ¿hay algo parecido a un sentimiento de país?

-Hay poco sentimiento de país y de comunidad. Me gusta recordar que la primera institución común de las islas fue la Universidad. Y de eso hace sólo 30 años. La segunda institución común fue el Parlament, hace 25. La idea de país se cimentará despacito. El sentimiento insularista fue anterior al de comunidad y eso se notó en el Estatut, que no trabaja por una comunidad central y única. Nuestro Estatut, más que crear una comunidad, como el de Catalunya o Castilla-Leon, la divide. Es cierto que se reconocen competencias exclusivas para la comunidad, pero al lado, se recogen las que hay que traspasar a los consells. Es complicado trabajar para la unidad desde la diversidad.

-¿No se duplican competencias?

-Vamos a ver, porque este es un debate interesante: lo que yo digo en las reuniones con los representantes de los consells para las transferencias es que ningún consell puede pretender que la transferencia sea el cien por cien de lo que tiene la Comunitat Autònoma. Nuestra intención es hacer una reserva competencial a favor de la Comunitat Autònoma. Si no garantizamos eso, no habrá país. Habrá cuatro países, cada isla será una cosa diferente. Trabajamos en favor de un sólo país, no de cuatro. En caso de dudas, decidirá el Tribunal Constitucional.

-¿Acabará este Govern la legislatura?

-Ahora no veo probable que ningún partido nos retire el apoyo... pero en política todo es muy volátil.

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