Los dos radares fijos de Sant Antoni han impuesto, por exceso de velocidad, más de cien multas diarias (en concreto 123) en su primer mes y medio de vida, según datos facilitados por la Delegación del Gobierno. De seguir a este ritmo de 123 multas al día, estos radares podrían recaudar un mínimo de 44 millones de euros al año (una cantidad que podría ser fácilmente mayor).
El motivo de tal recaudación es el límite de la velocidad fijado en 80 kilómetros por hora en la carretera de Sant Antoni y de 70 en el interior del túnel de Sant Rafel, y que, según la opinión Marc Vargas, el radar de la carretera «está puesto en la bajada, justo en el sitio en el que si te descuidas puedes acelerar un poco más, para sacar más dinero». Vargas comentó, por otro lado, que se da la circunstancia de que «la gente sabe dónde está el radar y frena ahí, con lo que también es muy peligroso si algún usuario de la vía va despistado».
El Consell d'Eivissa solicitó en un informe que se incrementara la velocidad de 80 a 100 kilómetros por hora en algunos tramos de la vía, porque así lo solicitó también la DGT. Al parecer rechazaron esta petición desde la Conselleria d'Obres Públiques por motivos de seguridad y razones medioambientales
Otro conductor, en este caso un taxista, opinó que lo que supone este radar «es una inseguridad jurídica total porque una carretera con dos carriles y un arcén, suele tener una velocidad máxima de 100 o 110 kilómetros por hora». Y que era un sinsentido que «en carreteras convencionales con arcén se pueda ir a 100 por hora. Es irracional que a Santa Eulària o a Sant Joan puedas ir hasta a 100 por hora y por aquí a 80. Además deberían de igualar las normas en todas las carreteras. No tenemos seguridad jurídica los usuarios, nos están estafando, nos están robando, digan lo que digan», aseguró este conductor.
Otra taxista, Verónica Tur, confesó que hace unos días, «sin darse cuenta» pasó a una velocidad de 110 kilómetros por hora por la vía aunque de momento no tiene noticias de si le multarán.
Una de las cuestiones que más comentan los usuarios de la carretera de Sant Antoni, es la que se refiere a lo que puede ocurrir cuando lleguen los turistas, que acostumbrados a circular a más velocidad por carreteras semejantes en sus países de origen, puedan acumular un número elevado de multas por exceso de velocidad.