La directora general de Pesca del Govern de les Illes Balears, Patricia Arbona, reconoció ayer que la decisión de realizar unas grandes marcas verticales de pintura blanca en los acantilados de Punta Prima y otros puntos de la isla para marcar los límites de la Reserva Marina de es Freus no es la solución idónea, pero indicó «que no había otra alternativa». Arbona reconoció que las marcas «guapas no quedan», pero indicó que la decisión fue adoptada hace más de año y medio, antes de que ella llegara a la dirección general de Pesca. También explicó que la medida, agresiva visualmente, fue a consecuencia de una orden de Capitanía Marítima.
Al parecer hasta hace poco menos de dos años, los límites de la Reserva Marina estaban delimitadas por boyas «pero Capitanía Marítima obligó a sacarlas de determinadas zonas esgrimiendo cuestiones de seguridad en la navegación costera y sólo permitió que se mantuvieran las boyas que delimitan la Reserva Integral de s'Espardell», explicó Arbona.
Por ello se tomaron dos medidas distintas. Una fue la de la instalación de monolitos junto a la Torre de la Gavina, que por su impacto visual y ambiental finalmente fueron demolidos, y otra la pintura de acantilados como «hitos referenciales que por el sistema de alineamiento permiten a pescadores y navegantes saber cuando están dentro de aguas de la Reserva Marina». Arbona es consciente del impacto que las líneas blancas pintadas en los acantilados producen pero aunque no le gusten es una decisión adoptada con anterioridad a su llegada a la Conselleria. «Si son grandes y se ven de lejos, desde el mar, ese es justamente su cometido, que los pescadores puedan identificar en todo momento si están dentro o fuera de la Reserva Marina de es Freus».