El conseller de Mobilitat, Albert Prats, aseguró ayer que buscarán la solución menos impactante para la zona de s'Escanyançà, afectada por la reforma de la carretera de Sant Miquel. El grupo ecologista GEN presentó una alegación en la que pedía que se respetara al máximo esta zona, que cuenta con encinas, un árbol poco común en la isla.
Según explicó Prats, durante la redacción del proyecto ya se tuvo muy en cuenta esta zona y, de hecho, en la evaluación de impacto ambiental ya se arbitraban medidas para garantizar la «mínima afección» de vegetación forestal o típica de torrentes y una «especial atención» a este encinar. S'Escanyaçà está considerado por la directiva de hábitats como un hábitat de interés, aunque no prioritario. Se trata de una «pequeña masa forestal aislada, aclarada y poco densa con ejemplares de encina», según relata el informe. De hecho, en el estudio de impacto ambiental ya se advierte de que se trata del punto más sensible desde el punto de vista de la calidad de la vegetación.
En esta documentación se considera que el impacto que tendrá la carretera sobre esta vegetación es poco negativo. De todas formas, se establecerán perímetros de protección para minimizar superficies de actuación y se informará a todos los operarios sobre la necesidad de no alterar estos espacios.
Prats consideró que además de estas medidas ya previstas, se está analizando concienzudamente la alegación del GEN para ver si hay que hacer algún cambio de recorrido en el carril bici por dentro del bosque, pero de forma no impactante, o ver si, por el contrario, se tiene que dejar junto a la carretera.
El conseller calculó que el conjunto de las alegaciones podría estar contestado en dos o tres semanas.