Con este seminario quiero que los chicos y chicas aprendan a comunicar con su cuerpo porque tanto en la vida diaria como en el teatro comunicamos mucho con la cara y no con el cuerpo. Nos centraremos más tarde en la expresión a través de la máscara, es decir, transmitir emociones, ritmos con el cuerpo porque con la cara, como llevamos la máscara, no puedes hacer nada». Con estas palabras presentó ayer Lidon, estudiante de la Escuela de Arte de Holanda y de la escuela de clowns de Eric de Bont, el seminario de introducción a la máscara organizado por la asociación cultural Teatralia.
La sesión empezó con las presentaciones para las que los alumnos tuvieron que decir su nombre acompañados de una intencionalidad física. Eso sí, los compañeros tenían que imitar a quien decía el nombre. Así, unos optaron por los saltos, otros por abrir las manos y otros tantos más gritar y levantar los brazos al tiempo que decían al resto de sus compañeros cuál era su nombre. «Ahora vamos a decir nuestro nombre alternando la potencia de la voz: alto y el compañero de al lado bajo», explicó la profesora.
Uno de los momentos más divertidos de la sesión llegó cuando Lidon instó a los alumnos a creer que tenían una cámara de vídeo «en el dedo gordo del pie y con ella tenemos que conseguir ver el mayor número de partes de nuestro cuerpo». Así, los alumnos hacían brillar toda su flexibilidad para conseguir que su cámara en el pie grabara todo el cuerpo. Tras el descanso, alumnos y profesora se pusieron las máscaras para empezar a transmitir emociones únicamente con el cuerpo sin la expresión de la cara como compañía.
María José Real