Los domingos no son, evidentemente, iguales para todo el mundo, sino que muy al contrario, mientras unos cumplen con sus obligaciones otros disfrutan de sus vacaciones. Un claro ejemplo es el Nelida Estela Pujo que trabaja todos los domingos en su tienda de golosinas con algo de resignación pero con una amable sonrisa. «Se lleva fatal trabajar en domingo pero no queda otro remedio», comentó mientras atendía a una pareja. «Se lleva un poco mal porque todo el mundo está descansando o en la playa, pero cuando tengo algo pliego antes». Desde hace nueve años dedica su tiempo a la venta de golosinas, chucherías, comestibles, bebidas y «otras cositas». Ha tenido clientes que venían de todos los pueblos de la isla, incluso de Portinatx. «Antes no había tantas tiendas de dulces que abrieran y claro, muchos bajaban a Eivissa», comentó. Durante todo es tiempo le han pasado numerosas anécdotas curiosas. «La más graciosa, es que como en la puerta pone que se venden 'porquerías' pues me preguntan qué son. También un chico joven vino una vez a ver si tenía bragas comestibles», explicó riéndose. Finalmente le compensa un poco trabajar el domingo ya que abre menos horas y el público es más adulto.
Mientras Nelida hacía más dulce el domingo a sus clientes, un grupo de amigos descansaban de su paseo en Vara de Rey. Lino, Adrián, Pilar, Laura, María, Noelia, Nieves y Mariarosa dedicaron su domingo, sobre todo a descansar. Unos estuvieron en la piscina y al concluir su paseo por Vila se dirigían a ver una película en casa de una de las chicas. Aún no tenían claro cual elegirían. Por el contrario, Lino y Adrián irían más tarde a platja d'en Bossa a tomar algo. En definitiva, «los domingos los dedicamos a descansar pero bueno, estamos de vacaciones y vamos todos los días a la playa», comentó una de las adolescentes. N. S.