El arquitecto alemán Ralph Schürmann, contratado por el Govern balear en 2004 a través de la Fundació Illesport para diseñar el velódromo de Palma que albergase el Campeonato Mundial de Ciclismo en Pista de 2007, señaló ayer en un comunicado desde su despacho profesional en la ciudad de Münster que «cuando se habla de que lo que se edificó en Palma valía más de 100 millones de euros a mí me parece una broma de mal gusto».
Para Schürmann, la única variante posible al aspecto bromístico de la duplicación de su cálculo presupuestario «simplemente demostraría de manera clara la falta de conocimiento y experiencia con proyectos de tal magnitud».
Schürmann justifica su comunicado personal en las investigaciones llevadas a cabo por el juez de Instrucción 3 de Palma, José Castro, sobre el enorme sobrecoste del presupuesto del velódromo. «Quiero expresar -señala el arquitecto-, que estoy contento de que la Fiscalía investigue de manera tan consecuente, y espero que se puedan averiguar los verdaderos hechos y que finalmente se juzgue a los responsables».
En opinión de Schürmann, la estructura que se construyó en Palma «se parece a velódromos que se acaban de construir en Lituania y Polonia», en cuya planificación arquitectónica afirma haber participado, y respecto a los cuales indica que costaron «entre 27 y 35 millones de euros».
El matiz que Schürmann introduce en su comunicado sobre los velódromos lituano y polaco es que «ambos están completamente acabados, tienen unas pistas muy rápidas, capaces de haber certificado récords mundiales, y no son, como en el caso de Palma, todavía zonas de obras sin terminar».
Schürmann menciona en su comunicado que «a pesar de la deuda que el Govern sigue teniendo conmigo por el trabajo hecho por mi parte antes de que me echaran del proyecto por razones falsas», su principal queja es que «el velódromo de Palma no se pueda utilizar para el el ciclismo en pista, que era su destino original».
El autor de la idea original de Palma Arena, que prestó declaración el año pasado ante la Fiscalía de Balears por el asunto del sobrecoste, dice estar persuadido de que el estado actual de la pista para competiciones ciclistas «es lamentable», y se refiere a ello como «una verdadera tragedia», pues «un centro de ciclismo de pista en Mallorca que funcione tendría futuro».