Todo el mundo conoce a Francisco Romero (Eivissa, 1946) como «Paco Valentín», propietario del rent a car Casa Valentín, un negocio que puso en marcha su padre, Valentín Romero, arreglando bicicletas y mosquitos en 1945. Después siguió con el alquiler de las bicicletas y la adquisición de los primeros Fiat Barilla. «Venía el señor obispo con su secretario y alquilaba el coche para ir por los pueblos», recuerda. Siguió con los 600 y así hasta ahora. En 1963 dejó de estudiar y dedicó toda su energía a esta empresa familiar que tiene garantía de continuidad. «He castigado a mi hijo haciéndole socio», bromea.
-¿Afecta la crisis a los rent a car?
-No, tenemos un año bastante óptimo y bueno. Todo se debe a que quizás algunos no han previsto lo que tenía que venir y no han comprado vehículos para abastecer. Hay que tener en cuenta que en Eivissa siempre hay coches de alquiler, no hay en el aeropuerto pero están en otras zonas como Platja den Bossa o Sant Antoni. Algunos días han faltado coches pero en agosto siempre pasa. Gracias a dios a las multinacionales les ha cortado el grifo.
-¿Qué ha pasado?
-Ellos se dedican a la reventa y a la exportación de vehículos y eso de alquilar un coche a 20 euros no es negocio. Su negocio era la reventa y la exportación y nosotros teníamos que tragar con unos precios un poco más altos. Ahora ni han vendido ni han exportado los coches que pensaban. De los 20 euros que pedían antes piden ahora 120 y 200 euros. Eso es un robo.
-¿Cuál es el precio normal del alquiler de un coche?
-Mis precios son normales y van desde los 50 a los 80 euros, depende del tipo de coche. Hay gente con reserva de un coche a 30 euros en el mes de agosto y ahora les han dicho que no lo tenían. ¿Por qué? Porque los cobran a 200 euros y la gente se ha quedado sin coche. Luego ha venido a mi empresa y a otras de la ciudad y han tenido coche.
-Da muy mala imagen de Eivissa.
-Por eso tendrían que meterle un paquete a esta gente pero se lo pasan por el forro. Si me pasara a mí, si tengo una reclamación contra mí, viene el Consell y me despelleja. A esta gente le das una reclamación y cuando llega a París o a Madrid donde tiene la central se ha cansado de esperar.
-Habrá gente que no le guste lo que está diciendo.
-Me da lo mismo, pero es verdad y puede preguntárselo a cualquiera.
-¿Qué coche alquilaría usted para Eivissa?
-Un coche normal. Todos están ahora con aire acondicionado. Las casas de alquiler tienen los últimos modelos de todas las marcas y no como antes, que había el 600, el 1.400 y para de contar.
-¿Sigue alquilando bicicletas?
-Sí, pero les digo que es un peligro muy grande porque no se respetan las bicicletas. No hay carril, ni arcén.
-¿Le cuidan bien los coches?
-Vienen muy sucios del interior porque van a la playa. Sacamos un camión de arena de dentro de los coches. A veces les aconsejamos que no cierren el coche y no dejen nada cuando se van a la playa porque le rompen un cristal que tiene que pagar el cliente encima que les han robado.
-¿Han aumentado los robos en los coches de alquiler?
-No hay semana que no haya robos. Donde más se suele robar es en los mercadillos, que los vigilan y saben que en los coches de alquiler llevan paquetes en el maletero, los vigilan y roban lo que se encuentran. En el aeropuerto es donde más roban los coches, buscan coches que corran, que los usan para ir a robar por la noche y abandonan el coche. Tocamos madera para que no pase nada. Casi nunca pasa pero alguna rascada sí que han tenido. El año pasado se robaron dos o tres coches en el aeropuerto.
-¿Puede costar un coche de alquiler 300 euros al día en agosto?
-Esto es lo que piden en el aeropuerto. El más caro que tengo yo es de 85 euros y una furgoneta de nueve plazas, 121 euros. Para mí esos precios son abusivos.