El de ayer fue un día de despedidas en Sa Graduada. El verano se acaba y hay que volver al colegio. Por eso, los 240 niños y niñas que durante toda la temporada han disfrutado de actividades y juegos al aire libre organizaron, junto con sus monitores, una jornada de clausura llena de color, alegría y risas. Después de una bailona fiesta Flower Power en la que todos acabaron con la cara y las camisetas pintadas, llegó el turno del teatro. Se trataba de tres obras de improvisación en las que los alumnos tan solo contaban con un banco y del que tenían que sacarse una historia. Mientras, los espectadores miraban atentos a lo que sucedía.
También fue un día donde los padres pudieron asistir al colegio para ver lo que han hecho sus hijos durante el verano. Éstos les pudieron enseñar las instalaciones, sus dibujos y creaciones estivales. Además, hubo una gran merienda que reunió a monitores, padres y niños para poner fin al que todos coincidieron en señalar como un gran verano junto con los amigos.