Ascensión Joaniquet Larrañaga (Barcelona, 1955). Estudió Derecho en la Universidad Central de Barcelona. No pudo acabar su doctorado porque en 1985 se trasladó a Eivissa por amor al conocer a su marido, el periodista Josep Costa Ribas. Le apasiona la lectura, acaba de terminar la trilogía de Millenium de Stieg Larsson y ahora está con «La mano de Fátima». Tiene hasta una estrella en el firmamento, regalo de un cliente, que lleva su apellido y el de los hermanos Costa, Josep Maria y Pilar, con los que compartía despacho.
-¿Por qué decidió estudiar Derecho?
-Vengo de una familia de abogados, mi padre y mis tíos lo son. Recuerdo que cuando era pequeña jugaba a abogados y fiscales con mi padre. Siempre me ha gustado. Hubo una época en la que me decanté por Biológicas y mi padre me echó una mano para decidirme por el camino recto que es la abogacía.
-¿Se ve usted retratada en algunas de las innumerables series sobre abogados?
-En cierta manera sí.
-¿Ironside o Ally McBeal?
-Más con Ally McBeal que con Ironside, por todo (risas).
-¿Cómo ha quedado el espinoso asunto con el juez Espinosa?
-Ha quedado sobreseído libremente con condena en costas para la acusación particular, señalando expresamente que la acusación, la querella, no ha perjudicado nuestra honorabilidad y ordenando el propio Tribunal Superior de Justicia de Balears que incoe un procedimiento penal de oficio por acusación y denuncia falsa contra Roque López y su abogado, Andrés Tuells. Es un tema muy triste en la historia judicial y, a veces, pienso que no se si estos señores son conscientes del daño que me han hecho.
-¿Ha sentido que la justicia era justa en este caso?
-Por supuesto. Ha sido justa y creo que lo ha tenido muy claro desde el primer momento, que era una acusación absolutamente infundada y que no se basaba en nada.
-¿Se ha sentido perjudicada?
-Por supuesto que sí. A nadie le gusta aparecer en los periódicos con una cosa negativa de este calibre y a nivel nacional. Al juez Espinosa imagino que le habrá pasado lo mismo.
-¿Qué opina que los jueces pidan más dinero?
-Me parece que se lo merecen. Tienen un volumen de trabajo muy alto. El nivel de trabajo de los juzgados de Eivissa difícilmente lo tienen otros. Piensa que la población se cuadruplica o triplica en verano y los jueces cobran lo mismo en agosto que el resto del año. Es una petición absolutamente justa.
-¿Se ha quedado atrapada alguna vez en el ascensor de los juzgados?
-No, porque no lo cojo (risas). Me da pavor. Una de las cosas que me da miedo es quedarme atrapada en el ascensor; con lo cual no me monto desde hace años.
-¿Entonces no tendrá necesidad de ir al gimnasio?
-Bastantes personas de las que nos movemos por ahí nos mantenemos en forma gracias a los ascensores (risas).
-¿Cuál ha sido el caso que más le ha impactado?
-Uno que llevé al principio de ejercer que era el de una madre que ahogó a su bebé porque lloraba mucho. Me impactó mucho porque fue un mal momento de la madre. Era una obsesiva con su hijo, lo quería mucho, lo llevaba cada 15 día de Urgencias y en el momento que lo ahogó estaba bebida, se había separado del marido. Fue bastante horrible.
-¿Es abogada de Xico Tarrés en Eivissa Centre y está vinculada al PSOE, pero defendería también a Josep Juan Cardona?
-Por supuesto que sí. Mi trabajo es defender los intereses de las personas que deciden confiar en mí. Si tengo algún conflicto, no por la política sino por un crimen abominable en el que yo me vea incapaz de defender a esa persona como se merece, renunciaría a ello. Cuando asumo una defensa me vuelco hasta el final.
-¿Ha llegado a perder clientes por ser del PSOE?
-No soy consciente de ello pero es posible que sea así. Hay mucha gente que decide el abogado por sus opiniones políticas o ser mujer.