El diputado del PP y ex presidente de S'Institut Antoni Serra atribuyó el sobrecoste de las obras del Palma Arena (de unos 48 millones a 110) al «fenómeno de las obras públicas», ya que influye «la rapidez que exigían las circunstancias (era una de las obras emblemáticas del Govern de Matas) y determinados imprevistos que «no puede» determinar, según declaró ante el juez instructor del 'caso Palma Arena'.
Serra, defendido por el abogado Santiago Fiol, insistió en que el ex director general de Deportes José Luis 'Pepote' Ballester y el ex gerente del velódromo Jorge Moisés, «llevaban el peso de las reuniones» a las que él asistía en su calidad de vocal del Consorcio para la Construcción del Velódromo Palma Arena.
Dijo que en las pocas reuniones a las que asistió «daba la sensación» que los temas ya estaban decididos, pero negó que esos encuentros fuesen «una pantalla» para dar cobertura legal a las decisiones que tomaban Ballester y Moisés.
Serra insistió en que «nunca» recibió órdenes de ningún miembro de su partido para que su intervención en el Consorcio fuera meramente testimonial. Matizó que en esas reuniones «siempre» conservó el «potencial decisorio» que marcaban los estatutos, pero que no ahondó más en esa cuestión porque la aportación de la entidad que representaba, el Consell de Mallorca, se limitaba a la aportación de unos terrenos.
Señaló, asimismo, que Ballester, Moisés y Rafael Durán le comentaron que el sobrecoste del velódromo «era real» pero que él nunca lo comprobó, aunque sabía que existía una reclamación por un importe de 30 millones de euros por parte del constructor.