Sólo el Bloc se salió ayer del guión y se atrevió a poner sobre el papel la urgencia de una 'reflexión' tras la imputación de la presidenta del Parlament, y presidenta de honor de Unió Mallorquina (UM), Maria Antònia Munar, en el caso Can Domenge.
Munar acudió ayer a su despacho del Parlament. Evitó las declaraciones, se remitió a lo dicho el día anterior y conversó con sus colaboradores más próximos, a los que llevó un mensaje de «tranquilidad» y «prudencia», las palabras más empleadas desde UM y PSOE. La portavoz del Ejecutivo, Joana Barceló, dijo en Cura, donde asistió con el president Antich a una exposición de pintura, que pese a la imputación de Munar el pacto no peligraba. El president evitó las declaraciones.
Poco antes, en el Parlament, el portavoz parlamentario de UM, Josep Melià, había abundado en ese mismo discurso de 'prudencia'. Biel Barceló, secretario general del PSM y portavoz del Bloc, conversaba con cargos del PSM y de EU.
Biel Barceló (Bloc) hizo un llamamiento a la «reflexión» y el PP, pese a su papel de oposición, también rebajó un poco la tensión, aunque mientras Francesc Fiol quien aludió a «crisis política» pero no cargó fuertemente contra Munar, su presidente, José Ramón Bauzá, endurecía un poco el tono y afirmaba que «Munar deberá dimitir si se adoptan medidas cautelares».