El president del Govern, Francesc Antich, enumeró ayer las razones que le han llevado a prescindir de UM; consiguió que el PP admitiera que no iba a presentar una moción de censura; continuó defendiendo que era posible seguir al frente del Govern; dijo que éste (el Govern) no se había escorado «hacia la izquierda» sino «hacia la gente» y reprochó a 'populares' y 'uemitas' que parecieran más preocupados por «que se investigue la corrupción que por la propia corrupción».
Antich, que durante la segunda sesión del debate de política general reiteró a PP y UM sus propuestas para pactar leyes y planes, confesó a varios colaboradores que salía muy satisfecho del resultado.
Antich esperó a que todos los portavoces hubieran intervenido (el reglamento le permite replicar uno a uno) para hacerse una idea de la réplica global. Ignoró a Mayans (de Formentera), no se entretuvo mucho con Esperança Marí, 'republicana' de Eivissa pel Canvi (socios del PSIB en Eivissa), que tendió cables a UM y recordó a personajes sin tacha «como Churchill», que habían sido acusados de corrupción y luego se demostró su inocencia, y fue duro con Josep Melià (UM), que realizó una intervención dura en la que cuestionó su desprecio a la separación de poderes y que se intentara presentar a UM como partido «apestado» o «corrupto».
Y Melià no pudo replicar
Negó Antich esta intención (también el PP acusó a Antich de eso mismo) y dijo que si había alguien que tenía claro el papel que le tocaba jugar a UM era él. Recordó cómo en el pasado fue el PP quien intentó aniquilar a UM y entró al trapo de las razones por la que decidió romper: afirmó que se generaba inestabilidad; que llegó a haber tres consellers de Turisme, «tantos como presidentes de UM»; que «provocó una crisis en el Consell» que aún no entiende; que se desmarcó de varias votaciones en contra de lo pactado; la situación de Vicens, la negativa de Nadal a dimitir, «lo que contrasta» con la actitud de Miquel Àngel Flaquer y, finalmente, el estallido de casos de corrupción en el Govern. Por lo demás, reiteró su oferta de «mano tendida», que también recordó al PP. Melià se escudó en una cuestión de reglamento (no podían repartirse diez minutos entre tres personas) para no replicar. Afirmó que de haber podido intervenir le hubiera dicho que «es falso» que su partido no condene la corrupción. UM no presentará propuestas de resolución, aunque se siente libre para apoyar las del PP, que serán críticas.
¿Y qué pasará ahora en este escenario sin mociones de censura, cuestiones de confianza ni anticipadas? Lo dijo Antich: «No le quito importancia al Parlament, pero el Govern también la tiene». Es decir, que el Govern seguirá aprobando acuerdos cada viernes. Eso sí, 'populares' y 'uemitas' se lo pondrán muy difícil. Biel Barceló (Bloc) y Antoni Diéguez (PSIB) rechazaron, como UM, las elecciones anticipadas.