Àngel Pujol Roselló, director gerente del Institut d'Innovació Empresarial de les Illes Balears, abrió con su conferencia sobre las 'Flàmules' los eventos realizados en Formentera con motivo de la décima edición de las jornadas dedicadas a la cultura popular de Eivissa y Formentera. 'Flàmules' explicó Pujol «es el nombre que se le da a las conocidas como teles de llengües de Mallorca para cuya confección se emplea la técnica likat y para darle un nombre más auténtico decidimos denominarlas 'flàmules', se trata -indicó Pujol-, de un tipo de tela o tejido procedente de Indonesia y la India que llegó en el momento en que en se abrieron las rutas de comercio».
La técnica para su elaboración es ancestral y se denomina 'likat' que significa anudar o atar y en toda Europa, hoy por hoy, sólo pervive en Mallorca, concretamente en cuatro fábricas de la isla, una en Pollença, otra en Lloseta, una en Santa Maria del Camí y la cuarta en Palma. Aunque se han realizado algunas tecnificaciones obvias, el proceso básico sigue siendo el mismo desde hace siglos desde que llegó a España a través de las rutas comerciales que se abrieron en el Mediterráneo.
Puyol quiso destacar la colaboración del artista mallorquín Miquel Barcelò que ayudó a darle a la exposición y a las telas en sí mismas una proyección contemporánea. De esta manera «no nos hemos quedado en una simple recogida de datos folklóricos o antropológicos sino dar un carácter más científico relacionado con los orígenes, su proceso y sobre todo apoyar a las escasas empresas que aún se dedican a esta confección», señaló el director gerente del Institut d'Innovació Empresarial de les Illes Balears.
Baile en la plaza
Tras la conferencia que tuvo lugar en la Sala Municxipal de Cultura, el cine de Sant Francesc, en la plaza de la iglesia de Sant Ferran hubo una 'ballada popular' con la presencia de la Federació de Colles de Ball d'Eivissa i Formentera y la música en vivo corrió a cargo de la Federació de Menorca y de Mallorca. Vestidos de 'corto', es decir sin trajes tradicionales, un numeroso grupo de balladors obsequiaron a los asistentes con un repertorio musical y de danza bastante distinto del que habitualmente se ve en la Pitiusa Menor, y hubo boleros de amor, jotas y todo tipo de sones que el público.