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La Cambra de Comerç premia el esfuerzo y la constancia del empresariado

La institución entrega hoy en una gala en el Palau de Congressos sus galardones anuales

| Eivissa |

Pasión por su trabajo, respeto a la tierra ibicenca, constancia y esfuerzo. Estas son algunas de la características que unen a los premiados por la Cambra de Comerç de Eivissa y Formentera y que esta noche se convertirán en los protagonistas de la gala que se celebrará en el Palau de Congressos de Santa Eulària.

El arquitecto Rolf Blakstad, el empresario Pepe Roselló y la Panadería Manolo de Formentera recibirán el reconocimiento de la sociedad empresarial de las Pitiüses. Además, el empresario Vicente Juan Guasch recibirá una mención honorífica.

A pocas horas de recibir el premio, Vicente Juan Guasch se mostraba totalmente «agradecido» por este reconocimiento como empresario turístico. El propietario de la cadena hotelera Invisa Hoteles, además de Viajes Ibiza y otros servicios relacionados siempre con el sector turístico indicó que el secreto de su carrera profesional está «en trabajar, querer la profesión y cuidarla». Sin duda alguna, él lo ha demostrado con más de medio siglo de esfuerzo sobre sus espaldas y la visión de futuro: «Cuando empezamos no había casi ningún hotel y nadie conocía Eivissa, hicimos años muy buenos. En cuanto al futuro, debemos cuidar nuestro producto. No se comprende ni se puede llegar a pensar en una Eivissa sin turismo», apuntó. El empresario aseguró que si las cosas se hacen bien, «la Isla todavía tiene mucho que ofrecer porque tiene un gran prestigio, pero hay que hacer las cosas bien», insistió.

A ritmo de música

Roselló, por su parte, se mostró satisfecho con el reconocimiento de la Cambra de Comerç a la vez que dejaba ver su sorpresa ante esta concesión: «Llama la atención que por una vez se premie a un empresario de salas de fiesta, porque no es el tipo convencional de empresario que siempre se ha buscado». El que fuera el dueño de El refugio, el club de jazz La reja, la sala Playboy y, en la actualidad, director de la discoteca Space reitera su amor a esta tierra y a su profesión: «La isla me encanta y la quiero, la siento mucho y he intentado hacer lo mejor que he podido las cosas».

Tiene que remontarse a los años de la presidencia de Gabriel Cañellas (1983-1995) para recordar la única atención que ha recibido por parte de la administración pública: una línea de subvenciones para la adecuación de las salas. «El resto del tiempo, la administración nos ha tratado a patadas», lamentó. A pesar de todo, Roselló se mantiene al frente del sector del ocio y lo defiende con agallas: «Se debería invertir un poco la tendencia y reconocer que el trabajo que hacen los que nos dedicamos a ofrecer ocio, que es un atractivo para todo el mundo. Se tiene que cuidar mucho para que Eivissa siga siendo lo que es y esto no se debería perder nunca». Defiende su trabajo y se muestra un apasionado de la música. Hasta el punto de llegar a ser miembro del comité que gestiona el patrimonio artístico y cultural de la soprano internacional Renata Tebaldi.

El horno que nunca para

Manolo Cardona, a sus 87 años, es el testimonio de la segunda generación de esta empresa familiar que ha pervivido, generación tras generación desde 1925. «Mi padre alquiló el horno al ejército en la época de la guerra, en 1939, pues en ese momento había mil y pico militares que estuvieron en Formentera hasta 1952; alquilaron el horno para hacer el pan para ellos, no vendían a los ciudadanos, trabajaban sólo para ellos», rememoraba Cardona.

Fue en 1953 cuando, después de que el ejército se fuera, Manolo pudo volver a abrir por su cuenta la panadería. Durante años siguió trabajando con el viejo horno de leña tradicional hasta que en 1968 llegó la electricidad a Formentera. «Al año siguiente, en 1969, compré en Barcelona un horno giratorio y aún trabaja, que no para nunca, porque se le hacía fuego debajo, de manera que llegaba el calor, no la llama, a la parte superior y nosotros siempre lo hemos tenido caliente desde que se puso en marcha», explica Cardona, que recuerda que «sin encender el fuego podía hacer una hornada de pan, sólo con el calor del día anterior ya se podía hacer el primer pan».

El arquitecto canadiense Rolf Blaskstad ha conseguido, desde que en 1956 se afincó en la Isla, convertir la arquitectura ibicenca en la base de su trabajo de investigación, diseño y construcción durante más de 40 años. Ahora, el trabajo y estudio de esta tradición la han heredado sus hijos, que siguen adaptándola a las necesidades de hoy en día. Blakstad Design Consultants, fundado en 1967, logra fusionar las tradiciones ibicencas con la funcionalidad con el fin de conserva «la importancia cultural de la Isla» mediante la arquitectura.

Insignia de Oro para la comisión gestora de la Cambra de Comerç

La que fuera la comisión gestora de la Delegación de la Cambra de Comerç, Industria i Navegació de Mallorca, Eivissa y Formentera recibirá en la ceremonia de hoy la insignia de oro. Este galardón, según la nota de prensa de la entidad, reconoce la dedicación y el esfuerzo «que han hecho a lo largo de estos últimos años con el apoyo unánime de la patronal de las Pitiüses con el fin de contar con una Cambra de Comerç propia». Así, el que fuera el presidente de esta comisón gestora, Joan Tur Ripoll, será el encargado de recibir este galardón. Esta es la segunda ocasión que la Cambra de Comerç entrega galardones a los empresarios de Eivissa.

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