La jornada electoral se desarrolló con total tranquilidad. El buen tiempo acompañó y en ninguno de los 43 colegios electorales de Eivissa y Formentera hubo que lamentar suceso de ningún tipo. Los agentes de la Guardia Civil, el Cuerpo Nacional de Policía y las policías locales no tuvieron trabajo.
La incidencia más destacada se produjo en el colegio Vara de Rey de Sant Antoni. Una vez constituida una de las mesas de este colegio, uno de los dos vocales dijo que no sabía leer. Al haberse ya constituido la mesa, su sustituto ya se había marchado, por lo que el puesto tuvo que ser ocupado por el primer votante que acudió.
Por otro lado, en el colegio de Sant Ciriac, en Santa Eulària, uno de los apoderados de UPyD, José Manuel Soria, denunció por teléfono ante la Junta Electoral que todas las papeletas estaban dentro de las cabinas y que en las mesas no había ninguna.
La ley exige que en las mesas se coloquen papeletas de todos los partidos participantes, por lo que la Junta Electoral ordenó a los responsables de las mesas de este colegio que las colocaran.
A lo largo de la tarde hasta siete personas se fueron presentando en las oficinas de la Junta Electoral y entregaron un sobre con una carta en la que protestaban por el sistema electoral español, que perjudica a los partidos minoritarios en favor de los mayoritarios.
«¡Esto es Sant Joan!»
En buena parte de las mesas electorales de Eivissa y Formentera presidentes y vocales pudieron organizarse para ir a comer. A la una y media de la tarde en muchas mesas ya había votado entre el 25 y el 30 por ciento de los electores. A las seis y media ya se superaba el 55 por ciento.
En los colegios electorales más pequeños, como el de Sant Joan de Labritja y el de Sant Llorenç, de Balàfia la jornada fue especialmente y tranquila. «¿Qué va a pasar aquí?», bromeó un presidente de mesa, «¡esto es Sant Joan!».
Lo mismo ocurría en el colegio de Sant Llorenç, donde a las 13,30 horas ya habían votado 221 de los 878 electores censados en esta pedanía. La tranquilidad fue total.