En los institutos de las Pitiüses se han ajustado el cinturón y la austeridad marca la vida de los centros. No hay chocolatada de Navidad, ni agua en las fuentes para los alumnos, las compras de departamento están paralizadas ni dinero para el combustible de calefacción. Estas son algunas de las medidas que se han tenido que afrontar en los centros de secundaria de Eivissa y Formentera ante el retraso de la asignación de la Conselleria d'Educació del Govern. El problema de que no les llega el dinero afecta al funcionamiento del centro, con gestión autónoma, ya que ellos han de pagar los gastos de mantenimiento y material pedagógico.
En realidad, la actividad docente sigue igual en los institutos, pero todos coinciden en que han tenido que eliminar todo lo que se considera un gasto superfluo. La deuda al IES Algarb, en Sant Jordi, asciende a 60.000 euros aunque se está aguantando con el remanente del que disponen. «Recortamos cualquier tipo de gasto superfluo porque no sabemos hasta cuándo se va a alargar esta situación, hay un poco de dinero para funcionamiento de departamentos y un poco para ciclos formativos, que requieren de bastante dotación porque son prácticos y hay que asegurar que el centro permanece abierto», dice su director Rafel Recio. De hecho, cuestiones tan básicas como la luz suponen un gran gasto en estos momentos para los institutos que pagan 1.500 euros al mes en la factura. Por eso, algunos directores como Carmen Guasch, del Quartó, aseguran que se tiran todo el día «apagando luces» y otros respiran aliviados porque con el buen tiempo no ha sido necesario poner la calefacción, como en el IES Balafia o el IES Blanca Dona. «Tenemos muy poco dinero pagar el gasóleo de la calefacción. Hasta ahora hemos tenido suerte por el tiempo. A ver si de aquí a enero no nos llega ninguna factura gorda y tampoco el frío. Es difícil funcionar con un déficit de 48.000 euros», cuenta el director del Blanca Dona, Alex Pitaluga. «Estamos justitos de dinero. Si no estamos a cero es porque podemos alargar el plazo en algunas facturas a proveedores», añade.
El IES Xarc, con 42.000 euros pendientes de cobro, es otro de los centros con dificultades. Su director, Francisco Javier Moreno, asegura que se pueden garantizar los servicios básicos pero hay problemas. «Tenemos deudas con los proveedores que no podemos afrontar, están esperando a cobrar». Luz, agua y teléfono se están pagando pero Moreno advierte que el problema es «si se alarga mucho, funcionamos con una normalidad que no es real». En el Xarc las compras de departamento están paralizadas y se funciona con material que les queda. De hecho, teme que llegue un día que no se puedan hacer fotocopias «porque la empresa no nos fiará más».
En el Quartó de Portmany «se va gastando con cuentagotas», dice su directora, Carmen Guasch. «Se está revisando la calefacción pero no sabemos si la vamos a poner. Teníamos dos fuentes de agua para los niños que las hemos tenido que suprimir. Vamos apagando luces todo el santo día. Sobreviviendo», explica.
La deuda al Santa María asciende a 42.000 euros. Con el remanente del que disponen siguen adelante pero su directora, Teresa Marí, asegura que se «mira todo con más detalle, compramos lo absolutamente necesario».
En el Isidor Macabich, con una deuda casi 29.000 euros, su directora Maria José Molina, confiesa que «van apurados, desde mayo no han hecho ningún ingreso y con lo que queda no vamos a poder pagar la luz». De hecho, no disponen de material para el ciclo formativo de cocina y gracias a la Fira del Camp pudieron realizar prácticas ya que elaboraron los platos de los productos ibicencos.
En el IES Marc Ferrer, con aproximada de 60.000 euros pendientes de cobrar, han tenido que recurrir a las aportaciones de las familias para el programa de reutilización de libros de texto para pagar las facturas. «Pagamos luz y teléfono pero no hay gastos extraordinarios. Todo lo que se puede aplazar se aplaza», dice Kathy Wenham, la directora. De hecho se ha suprimido la chocolatada que organizaba el ciclo formativo de cocina y hostelería en Navidad. «Era una actividad de convivencia de los alumnos en el patio, pero no se puede hacer», dice la directora. También se ha suspendido la limpieza anual de cristaleras del instituto que cada diciembre se encargaba a una empresa externa.
«Estamos mal, como todos», dice el director del IES Sant Agustí, Vicente Cardona, al que les adeudan unos 25.000 euros, aproximadamente. «Tardamos en pagar las facturas. Vamos a lo necesario. No podemos comprar torres de ordenadores que tenemos obsoletos», explica. También tendrán que controlar el gasto de la calefacción. «Habrá que controlar los días que la ponemos porque es mucho gasto», dice .
Al IES Sa Colomina le adeudan 40.000 euros. «Es mucho dinero y no sé si se recuperará», confiesa su directora, Antonia Cardona. El instituto sobrevive al remanente de otros cursos. «Podemos funcionar pero gastos cero. Lo imprescindible en reparaciones y mantenimiento del edificio. No debemos dinero a nadie». A los padres, no obstante, sí que le han tenido que pedir dinero para que los alumnos ganadores de un proyecto sobre rutas científicas pudieran irse a a un viaje. «El dinero no había llegado y los padres han avanzado el dinero. Tuvimos una reunión para pedirles una aportación y no hubo ningún problema El instituto pagó una parte del viaje, pero no todo porque no nos llegaba la partida», explica. Las luces se apagan, se reduce el número de fotocopias y se tiene cuidado con las llamadas telefónicas. «Es supervivencia», explica la directora».
El retraso está afectando a la rutina del Balàfia. «Alguien dijo que es una economía de guerra, no se compra nada y no se paga a proveedores. Estamos a la espera de que se nos ingrese lo que nos deben para poner al día el centro», dice Margalida Marí, la directora, cuya deuda asciende a 35.000 euros. En esta situación de subsistencia, el IES Balàfia acaba de recibir 200 ordenadores portátiles para alumnos de ESO. «Sé que son partidas finalistas que vienen de Madrid y diferentes. Conozco la teoría pero me resulta incomprensible. También nos llega el dinero para los Comenius, que viene de Europa, pero para mí es un contrasentido porque mientras no podemos cubrir las necesidades básicas llegan otras cosas».
Rafel Recio: «Estamos en unas circunstancias peligrosas»
La Asociación de Directores de Secundaria de las Pitiüses (Adesp), mantuvo recientemente una reunión con la delegada territorial de Educación, Belén Torres, en la que expusieron su preocupación. «Nos hemos reunido varias veces con la delegada pidiéndole plazos», dice Rafel Recio, portavoz de Adesp y director del IES Algarb. «Estamos en unas circunstancias peligrosas».
Hay institutos que no tienen para pagar el gasóleo de la calefacción, con muchas deudas y que los provededores no le sirven porque no se pagan». Los centros recibían trimestralmente una asignación pero este último año se ha ido retrasando. «Desde mayo no se han hecho dos pagos. Nos han pagado dos meses de seis. O se asume pronto el pago o va a afectar al funcionamiento de los centros», advierte Recio. Los institutos no dependen de los municipios como los colegios, sino que su gestión es autonóma y depende de la asignación de Educació. Adesp ha pedido una entrevista con el conseller d'Educació, Rafael Bosch, o la directora de Planificació i Centres,Mercedes Celeste, para exponerles la situación de los centros y también de cara a las medidas como los recortes.
La conselleria d'Educació ha optado esta legislatura por cambiar el modelo de la asignación, antes trimestral y ahora mensual. Educació asegura que a mediados de este mes se hará otro pago.
En la reunión, los directores también quieren plantearle otros problemas como el que supondrá aumentar el horario lectivo de los docentes. «Puede perjudicar mucho la calidad del servicio que se da. El aumento de horas lectivas supondrá una disminución de horas de trabajo para el instituto y afectará a su fucionamiento: bibliotecas, actividades complementarias, programas de refuerzo o las guardias en ausebncia de compañeros».