Ángel Solís hace un repaso a la situación actual del hospital Can Misses y explica cómo se afronta el año 2012 en el que uno de sus objetivos es aumentar la eficiencia. Asegura que su prioridad es la calidad y la asistencia al paciente. Como nefrólogo, sigue siendo presidente de la Sociedad Balear de Nefrología, aunque reconoce que apenas le queda tiempo para su especialidad.
-Mucha gente se pregunta cómo se va a hacer un nuevo hospital y se cierran 14 camas.
-No tiene nada que ver una cosa con otra. Estamos favorecidos por el clima, pero, si llegan el frío y la gripe, se abrirán.
-¿Se puede abrir un servicio de un día para otro cuando se ha tenido que dejar de contratar a una serie de personas?
-Sí, se puede abrir de forma inmediata, no hay ningún problema. No todas las enfermeras y auxiliares se han dejado de contratar, sino que se reubican en otras zonas del hospital. Además, la benignidad del clima nos ha permitido tener camas de sobra; gestionar mejor los recursos implica que si no necesitas esas camas para qué las vas a tener abiertas. El 23 de diciembre había 40 camas libres de las 200 disponibles al final de la mañana. El índice de ocupación media hasta noviembre fue un 78% y se habla de saturación a partir de un 82%. Ha bajado el indice de ocupación media respecto a 2010.
-Sin embargo ha aumentado el número de personas pendientes de operar de 2010 a 2011.
-Tenemos que gestionar mejor los recursos y eso ha implicado que las peonadas se eliminen al máximo, y eso tiene una repercusión. Si además hay un aumento de la cartera de servicios, maxilofacial y se ponen también marcapasos, con una limitación del espacio por los quirófanos, hace que el número de pacientes aumente, pero no mucho. El decreto de garantía de demora se está cumpliendo escrupulosamente.
-¿Y qué va a suponer el nuevo hospital?
-Con el nuevo hospital no sólo se van a modernizar las instalaciones, estamos hablando de un hospital a 30 años. Vamos a tener más radiología, dos TAC, una resonancia y vamos a reservar un espacio para otro. La zona ambulatoria va a cambiar y también la zona de quirófanos; eso posibilitará que aumente la cartera de servicios como, por ejemplo, cirugía vascular o neurocirugía. Que venga un cirujano de Palma un par de días por semana o un neurocirujano, exactamente lo mismo. Estaremos un poco más holgados y podremos hacer más actividad por la mañana sin tener que recurrir a las tardes, que significan peonadas, y, al final, todo sale de tu bolsillo y del mío, porque la sanidad no es gratis.
-Pero dada la situación actual con tantos problemas económicos, ¿cómo se va a dotar al nuevo hospital?
-Yo soy sólo director médico, no manejo dinero. El nuevo hospital es un proyecto a 30 años y el pago no se va a realizar ahora mismo, se va a pagar un fijo a lo largo de un tiempo. Hay una serie de servicios no sanitarios externalizados por los que va a cobrar la empresa. No se va a desembolsar ahora el dinero. Lo que está claro es que la radioterapia se va a a hacer. Es un servicio deficitario. El número de pacientes que se trasladaron a Palma en 2010 fue 160. Es una promesa política. El Govern se ha comprometido a hacerlo y se hará.
-Como director médico, ¿le parece indicado que Eivissa tenga radioterapia o piensa qué mejor sería disponer de otros servicios?
-No hay que mezclar churras con merinas. Son cosas diferentes. La radioterapia es una exigencia que surgió desde abajo, una exigencia social, y eso no hace que podamos completar un aumento de la cartera. De hecho, se está dando maxilofacial y va a más. También queremos un cirujano vascular, como demandan los cirujanos del hospital. Se trata de acercar al ciudadano la asistencia.
-¿Cuáles son las prioridades de cara a 2012 en el hospital?, porque se avecinan tiempos difíciles y, de hecho, ya han empezado a aplicar medidas.
-Los tiempos difíciles comenzaron antes de que nos dijeran que eran tiempos difíciles, esto sí me gusta decirlo. Lo veíamos todos, pero se ha tardado en decir que las cosas van mal. Esa es mi impresión como ciudadano, no como director médico. Contemplamos aumentar la eficiencia, gestionar mejor la ocupación de camas, acortar los tiempos de ingreso siendo más eficaces, acortar los tiempos de quirófano para poder hacer mejor uso de los recursos que tenemos. También queremos conseguir eliminar las peonadas sin que eso suponga un detrimento de la asistencia con el apoyo de determinadas especialidades en las que sólo hay una persona en el servicio. También tendremos que ser especialmente vigilantes en el gasto farmacéutico. Uno de los objetivos es potenciar la sección de infecciosas con el mejor control de las infecciones nosocomiales (hospitalarias) y el uso adecuado de los antibioticos. Hay un compromiso adecuado de los profesionales del hospital, que saben cómo están las cosas, y, evidentemente, hay que tomar a veces decisiones dolorosas.
-¿Cómo cuáles?
-Me ha tocado hace poco no renovar a una persona porque tengo que priorizar. Gestionar cuando uno tiene mucho dinero no es gestionar. Por ejemplo, un servicio como Urgencias modificará algunas cosas. No se trata de despedir a ningún profesional, pero si podemos trabajar de una manera para que mejore la gestión de los recursos se hará y además que se pueda mejorar la asistencia. Estoy contento con el servicio de Urgencias y con la coordinadora del servicio, pero eso no quiere decir que yo no vea posible una mejor organización. Quiero establecer un sistema de turnos, como en la mayoría de los hospitales.
-¿Y qué novedades hay previstas en los servicios de cara al año que entra?
-En Ginecología se está desarrollando nuevas técnicas, como la inseminación y la fecundación in vitro, así como a aumentar la cartera en maxilofacial. En Can Misses se está realizando cirugía pediátrica con cirujanos que vienen del hospital de referencia de Palma; hay un traumatólogo infantil que también viene. Lo que queremos es renovar el concierto de hemodinámica con la Policlínica del Rosario aumentando el número de días que se hace ahora para tener una mejor cobertura para los pacientes con problemas coronarios. También queremos concertar los casos urgentes y emergentes en neurocirugía con la Policlínica; los casos programados, no. Nuestra idea es que no se desplacen los pacientes con un problema neuroquirúrgico urgente en la que el tiempo es oro. En los ocho primeros meses de 2010 fueron 47 pacientes trasladados de urgencia a Palma. Imagine que llega al hospital Son Espases, se vegetaliza y después fallece. Luego lo tienes que trasladar a Eivissa, con el coste económico y emocional que supone. Esto con el nuevo hospital tendrá otras soluciones.
-¿Desde cuándo se está negociando el concierto?
-Desde noviembre.
«No somos Eduardo Manostijeras»
-¿No teme que con esas medidas se corre el riesgo de que no se garantice la calidad del servicio a los pacientes?
-Para nada; si no, no sería director médico. Soy copartícipe en la gestión de los recursos, pero mi primera misión son los pacientes y la asistencia. Si veo que una mañana tengo a muchos profesionales en un servicio concreto y por la tarde pocos, pues lo que hago es homogeneizar para organizar mejor. Intentar mejorar, pero no disminuir la calidad.
-Pero los sindicatos advierten de que con estas medidas, como el cierre de las catorce camas, aumentará la lista de espera.
-La primera cuestión es siempre la asistencia que viene acompañado de la gestión de los recursos, pero no somos ‘Eduardo Manostijeras'. Soy director médico y mi compromiso es con los profesionales del hospital, que son mis compañeros. Algunas veces les das algún disgusto y eso es inevitable.
-¿Y a algún servicio le ha dado algún disgusto cuando le ha pedido más profesionales y le le ha dicho que no?
-A un servicio sí que se lo he dicho.