La tarde que comenzó el grave incendio de la Serra de Morna, el 25 de mayo de 2011, Miguel Sevilla Pérez (Valencia, 1960) acabó en el hospital. Vicent Serra, un médico que estaba en el lugar y que acababa de ganar las elecciones al Consell d'Eivissa, le escuchó el pecho y lo envió a Can Misses. No le dejaron trabajar más y lo mantuvieron de baja hasta el 1 de julio. «Tuve sensaciones que no había sentido nunca, dolor en el pecho y hormigueos muy extraños», recuerda Sevilla, que es bombero en Eivissa desde 1984 y jefe del Parc desde 1994. Desde entonces, los bomberos de Eivissa se han jugado la vida bastantes veces, aunque por ello no esperan «ni recompensas ni felicitaciones». Sin embargo, han llegado. El Govern les ha concedido uno de los premios Ramon Llull de este año. Sevilla, que como máximo responsable del Parc está localizable 24 horas al día todos los días del año excepto cuando está de vacaciones, explica en esta entrevista lo que ha aprendido en su intensa experiencia sofocando incendios forestales.
-En los tres últimos veranos han tenido ustedes más trabajo que nunca. ¿A qué cree usted que se debe la proliferación de incendios forestales?
-El índice de incendios forestales va un poco acorde con la época del año, el verano, y también influye que haya más población. Es decir, se reúnen varios factores que hacen que el riesgo sea mayor. Por eso a nivel balear se marca la época de riesgo, que suele ir del 1 de mayo al 15 de octubre, aunque este año pasado se ha ampliado hasta el 1 de noviembre. La mayoría de los incendios se suelen solventar rápidamente porque llegamos rápido, en el caso de que haya acceso, pero hay algunos en los que si tenemos la poca fortuna de que se produzcan en según qué zonas de la Isla, pues nos encontramos con problemas, y hay que tener en cuenta que ésta es la Isla que más masa forestal tiene y, además, según los expertos, el 40 por ciento de las casas de Balears ubicadas en zonas forestales están en Eivissa.
-Consejos para que este año no ocurra igual.
-Hay que marcar las épocas de riesgo, pero también hay que tener en cuenta otras cosas, porque ahora no estamos en época de riesgo y estamos teniendo muchas salidas. Son días de mucho viento y hay personas que no se dan cuenta de que es mejor esperar para hacer fuego aunque tengan permiso para ello. Es decir, hay que esperar a que no haya riesgo y, de hecho, lo pone en el documento que se entrega cuando se pide el permiso. La mejor prevención a todos los niveles es no hacer fuego. Pero también creo que hay que empezar a tratar las zonas forestales como urbanas por la cantidad de viviendas que hay en estos lugares y, además, crear una normativa para regular los aforos, como ocurre en edificios de pública concurrencia [Sevilla se refiere a la manera de evitar casos tan graves como el del incendio de Benirràs, en verano de 2010, con miles de personas atrapadas en la playa]. También habría que hacer Planes de Autoprotección para zonas de alto riesgo y siempre, ante la duda, contactar con la Conselleria de Medi Ambient del Govern.
-¿Qué opinión le merecen las tradicionales quemas de restos de poda?
-El consejo es que se avise siempre a Medi Ambient. Nosotros, si llaman aquí, les derivamos al Govern. La gente debe saber que el permiso no te exime de responsabilidad. El que quema, aunque sea sin querer, es el responsable. Y en época de riesgos, la poda se puede enterrar. Porque si haces fuego, a lo mejor se levanta un poco de viento... A veces nos encontramos que, aun teniendo permiso, han hecho una quema y la han abandonado. En cualquier caso, el mejor consejo es no hacer fuego, y cuando se quiere hacer, al igual que ocurre en la noche de San Juan, hay que pedir autorización. Incluso en una casa de campo con barbacoa, es mejor no hacer fuego, porque puede ocurrir un ‘sin querer' que no se puede controlar.
-¿Es realmente Eivissa más peligrosa que las otras islas para los incendios forestales?
-Cuando hablo con expertos en incendios forestales que son de fuera de la Isla reconocen que en Eivissa es todo más difícil porque la masa forestal es completamente diferente a Mallorca o Menorca, y sienten un respeto. Muchas veces lo que pasa es que nos creemos que a nosotros nunca vamos a ser víctimas de un incendio. Hay mucha gente que no asegura la casa porque creen que nunca les va a pasar nada y después los ves desolados. Es muy triste ver a una persona que lo ha perdido todo y no tiene ninguna cobertura.
-Tanto trabajo en los últimos años les ha hecho acreedores de uno de los premios Ramon Llull. ¿Se lo esperaban?
-No. Nosotros nunca esperamos recompensas ni felicitaciones y con un gracias o un apretón de manos, ya está. Pero que el Consell nos propusiera para uno de los premios Ramon Llull nos llenó de orgullo y, además, la satisfacción es completa, porque aunque en principio [el premio] es por el trabajo de estos dos últimos años, yo creo que en realidad es el reconocimiento a más de 30 años de servicio. La verdad es que estamos muy contentos.
-¿Ya lo han celebrado?
-Desde Presidencia y la institución quieren que se haga una celebración oficial y mañana, que es el patrón de los Bomberos, San Juan de Dios, [Sevilla se refiere al pasado 8 de marzo] haremos una comida aquí en el Parque.
-¿Cuál es la situación actual del Parque de Bomberos en cuanto a personal y medios?
-Seguimos en las instalaciones de la carretera de Sant Antoni, tenemos 39 efectivos y 14 vehículos, y estamos a la espera de que en breve, por un convenio con Autoritat Portuària, recibamos un autobrazo articulado extensible, por lo que contaremos con dos vehículos de altura. Es algo fundamental. Nos organizamos en cuatro turnos y cada turno como mínimo son seis bomberos y si peligra se toman medidas correctoras. Máximo son ocho personas, y la media, más o menos son siete, y mejorado con ocho personas diarias de retén localizables. Si la cosa se complica y se precisa ampliar, pues podemos ir movilizando personal porque así es el trabajo de bombero.
-¿Es suficiente este personal con estos medios?
-Todo es mejorable pero a día de hoy con este dispositivo podemos hacer frente a las intervenciones que nos salgan, otra cosa es que ocurra algo extraordinario y entonces tienen que llegar refuerzos.
-Hace años que se habla de un nuevo Parque de Bomberos. ¿Qué se sabe al respecto?
-Sí, hace años se hicieron muchas propuestas. Este edificio está construido en un punto estratégico de la Isla, más o menos en el centro geográfico, pero sería mucho más operativo tener varios subparques. Este quedaría como parque central, luego un subparque en la zona norte, que es una zona de alto riesgo, y otro en la zona oeste, en Sant Josep. Y habría tres o cuatro personas en los subparques. Esto es lo que a nosotros nos gustaría.