El candidato de los renovadores, Vicent Torres, dijo ayer que nadie puede estar contento ante la creación de una gestora, pero se ha confirmado «que las cosas no se habían hecho bien» y era necesario «rectificar». «No podíamos fundamentar el PSOE del futuro en errores graves», señaló Torres, que indicó que el PSIB ha tomado una decisión «traumática», pero que representa una «garantía de futuro porque no podíamos dejar una sombra de duda sobre el congreso». Añadió que ahora es labor de todos «contribuir a cerrar heridas» y «reflexionar sobre los hechos» que han llevado al partido a esta situación. «Deseamos mucha suerte a la gestora, que tiene que asumir un papel difícil pero lleno de esperanza», añadió Torres, que estos días ha querido ser discreto y no hacer declaraciones para «no herir sensibilidades». Explicó además que la noche del sábado, tras la votación mantuvieron numerosos contactos con militantes y el sentir mayoritario era no dejar pasar «conductas inapropiadas» e impugnar. Al considerar «nulo» el congreso, lo abandonaron porque estaba «viciado».
Torres también cree que hay que dejar trabajar a la gestora «sin prisa». No opina que la ejecutiva del PSIB actuara como juez y parte por contar con 5 renovadores, como dice Campillo, ya que fue elegida en un congreso y «es soberana». Respecto a la mayor presencia de renovadores en la gestora, no cree que sea «cuestión de equilibrios», sino de «rigurosidad y trabajo».
Torres no quiere decir todavía si se volverá a presentar o lo hará otra persona, aunque si el congreso fuera mañana sí lo haría porque tiene «la campaña fresca». Asimismo, no quiso prejuzgar si se deben abrir expedientes disciplinarios y prefiere no hablar sobre las posibles presiones al delegado Hortelano. Reconoce que desde el sábado no ha vuelto a hablar con Campillo.