La resolución emitida por la Comisión Ejecutiva Federal, máximo órgano del PSOE en Ferraz, no deja lugar a dudas: «Esta Comisión Ejecutiva Federal concluye que está fuera de toda duda que la mesa del II Congreso Insular de la FSE-PSOE incurrió en las infracciones de la normativa interna señaladas en la resolución recurrida. Asimismo, esta Comisión Ejecutiva Federal considera que dichas infracciones constituyeron gravísimas irregularidades cuya repercusión directa fue que el proceso congresual, en cuyo marco se produjeron, adoleciera de las debidas garantías y de la seguridad y certeza exigibles al mismo».
De esta forma se pronuncia la Comisión Ejecutiva Federal que ratifica la decisión del PSIB de anular la cita congresual de Eivissa y en la que salió vencedor por un voto el representante del sector crítico, Pedro Campillo. En el díctamen, en respuesta al recurso interpuesto por el mismo Campillo, se establece que la mesa del congreso «revisó una decisión ya tomada [al no permitir en un principio acreditar a una nueva delegada en sustitución a Prudencio Hortelano que no acudió a la cita] adoptando un acuerdo que revocaba dicha decisión y cambiaba la misma».
La votación
Para el máximo órgano de la formación socialista esta segunda decisión constituye una «infracción» que afectó a la «seguridad jurídica de los delegados en abstracto y de la otra candidatura en concreto, sobre todo si se tiene en cuenta el momento en el que se produjo la solicitud de la rectificación: con el periodo de votación anunciado concluido».
Por otro lado, la Comisión Ejecutiva Federal apunta que transcurrido el plazo de votación previsto «ésta no concluyó como debería haber ocurrido. Y no lo hizo porque se permitiera votar a los delegados que esperaban sino porque desde la mesa del congreso se indicó que había que realizar una modificación en el censo de la votación, al acreditar una nueva delegada».
Por ello, aseguran desde Ferraz que se «interrumpió el natural y lógico devenir del proceso de votación al paralizarse el mismo a la espera de que votara la delegada».
«Dicha infracción supone una nueva irregularidad [...] que, afectando al proceso de votación, cobra una mayor relevancia en cuanto a la existencia de las debidas garantías en la celebración del mismo». El órgano califica las irregularidades cometidas de «gravísimas» al apuntar que tuvieron como consecuencia «la alteración del cuerpo electoral». Asimismo, indica que el propio presidente del congreso «es el que acompaña a la delegada recién acreditada a votar; lo cual, dicho sea de paso, no deja de causar cierta extrañeza a esta Comisión».
Sin garantías
Ante todos estos argumentos, Ferraz apunta que el resultado del congreso «se produjo como consecuencia de un proceso altamente irregular en el que se infringió repetidamente la normativa interna del Partido por la mesa del congreso, prescindiéndose de las más mínimas garantías exigibles a un proceso de la relevancia de un congreso insular».