El conseller de Educación, Cultura y Universidades, Rafael Bosch, ha anunciado este martes que el Govern pondrá en marcha una prueba de evaluación de los alumnos de 4º de ESO, que se llevará a cabo en 35 centros educativos de Mallorca, 6 de Menorca, 7 de Ibiza y uno de Formentera.
El responsable autonómico ha explicado que estas pruebas se realizarán en las asignaturas de lengua catalana, castellana e inglesa y en matemáticas, con el objetivo de conocer el nivel de conocimientos de los alumnos en estas materias y, de este modo, incidir sobre su proceso de aprendizaje una vez se tengan los resultados.
Bosch ha destacado que se trata de una evaluación paralela a las pruebas que se desarrollan al finalizar 4º de Primaria y 2º de ESO y que servirá para dar cuenta de la inversión que se realiza en Educación y los resultados que se obtienen. «En ningún caso se ha de identificar esta evaluación como un control, sino como una mejora en los procesos educativos», ha señalado.
El conseller ha hecho este anuncio durante el Pleno del Parlament, en respuesta a la pregunta del diputado del Grupo Parlamentario Popular, el menorquín Manuel Monerris, quien se ha interesado por las pruebas de evaluación externas en materias instrumentales básicas al final de cada etapa educativa en los centros escolares públicos y concertados.
Monerris ha remarcado la importancia de que los equipos profesionales de los centros docentes obtengan datos fiables de su funcionamiento a través de una doble vía: por la valoración que los profesores hagan sobre su propia actuación y por la valoración que realicen agentes externos al centro.
«De esta manera, será posible contrastar las conclusiones mediante la puesta en común de los datos en torno a los componentes evaluados en el centro», ha apuntado el diputado.
Asimismo, ha destacado que la importancia de la evaluación externa se centra en la objetividad que deben tener las valoraciones obtenidas al ser aplicada ésta, ya que los agentes evaluadores son ajenos a las decisiones de funcionamiento tomadas en el centro y, por tanto, no se encuentran implicados con los resultados conseguidos.
«A pesar de todo, para que esta información tenga incidencia real en la mejora de la institución evaluada, es necesario que los integrantes de la misma acepten las conclusiones del trabajo llevadas a cabo», ha concluido Monerris.