Consuelo Antúnez ha estado siempre vinculada al mundo de la construcción, sector en el que dirige una empresa con más de 30 años de antigüedad en las Pitiüses. En la última asamblea de Pimeef, esta empresaria resultó elegida para presidir la Asociación de Constructores de Pimeef. Consciente del delicado momento que atraviesa el sector, Antúnez asegura que en Eivissa y Formentera «estamos mejor que en Mallorca y Menorca», pero reconoce que son tiempos «difíciles» para las empresas constructoras.
—¿Qué balance hace del primer trimestre del año?
—Sabemos que son tiempos muy difíciles. Soy optimista y espero que, desde luego, el sector vaya a mejor. En los tres primeros meses del año, la obra pública continúa parada y hay muy poca obra privada porque no hay acceso al crédito, pero dentro de lo que cabe estamos mejor que en Mallorca y Menorca porque creo que en las Pitiüses estamos como en una especie de burbuja. Aún así uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos es que hay empresas que todavía están intentando cobrar sus trabajos; hay algunas a las que se les debe bastante dinero. Parece que cuando viene el verano se ve más movimiento porque hay reformas en hoteles y establecimientos turísticos; parece que hay más actividad, pero desgraciadamente no es gran cosa.
—¿El futuro del sector pasa por las reformas en el ámbito turístico?
—Sí. Hay cosas para hacer, reformar o renovar sin llenarlo todo de hormigón.
—¿Y por la construcción de campos de golf y puertos deportivos?
—No tenemos una posición consensuada sobre este tema porque dentro de la asociacion hay 60 empresas. Lo importante es tener un marco jurídico estable y eso se consigue con claridad y definición normativa.
—¿Piensa que se está retrasando la entrada en vigor de la nueva Ley General Turística?
—Sí. Estamos intentando a ver si realmente se pone en marcha antes de que llegue el verano y, de esta manera, poder planificar las inversiones y reformas para el invierno que viene. La semana pasada hubo en Mallorca un encuentro entre patronales para pedir todos juntos que la norma entre en vigor antes del verano.
—¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta la asociación en la actualidad?
—Querríamos que hubiera una ordenación del territorio que sea clara y definida. La que sea, pero que sea clara porque uno de los problemas graves que tenemos es el tema de la inseguridad jurídica: si alguien quiere venir a promover algo, un edificio de viviendas o lo que sea, desde que decide hacerlo hasta que realmente pueda a lo mejor ha cambiado la normativa. Esto es un problema que echa a la gente para atrás a la hora de invertir en construcción. Me refiero no sólo al Plan Territorial Insular (PTI) sino a todas las normas que afectan a la construcción. La ordenación del territorio tiene que ser algo muy consensuado entre los partidos políticos porque tiene que ser una norma de aplicación larga en el tiempo. El problema más grande es la inseguridad a la que se enfrentan los inversores. A nosotros nos da igual si es de un color político u otro, pero debemos saber lo que podemos hacer. Ahora se busca más el tema del desarrollo sostenible y la preocupación se intenta enfocar en este sentido.
—¿Cree que volveremos a niveles de construcción como los del ‘boom' inmobiliario?
—No creo porque aquello tampoco fue normal. Hubo una especie de locura colectiva en todas partes y yo personalmente no creo que tenga mucho sentido volver a esos niveles. Creo que volveremos a los niveles de antes del boom inmobiliario.
—¿Cuándo cree que podría mejorar la situación a nivel pitiuso?
—Creo que mejorará antes que a nivel general. Seguramente repuntará antes, quizá a partir del año que viene, pero depende de cómo vaya la temporada turística y si de si hay dinero en la calle.
—¿Ha habido muchas bajas en la asociación desde que estamos en crisis económica?
—En la actualidad tenemos 60 asociados. En el último año ha habido un 20 por ciento de bajas en la asociación. El año que más asociados tuvimos fue en 2007 con 95 empresas.