Los tres vocales del sector crítico que hasta ahora integraban la gestora de la Federación Socialista de Eivissa (FSE-PSOE) presentaron ayer su dimisión porque consideran que este órgano adopta medidas «que solo ahondan más en la división» del partido. Los tres críticos (Pilar Ferrero, Manuel Rubio y José Manuel Bar) aseguraron que en su día aceptaron formar parte de este órgano provisional para «colaborar en la conciliación entre los distintos sectores y para encauzar su actividad política hacia la defensa de los intereses y preocupaciones ciudadanas». Sin embargo, en estos dos meses solo «se ha caminado en el sentido contrario». En su comunicado, los tres vocales críticos indicaron que quedan a la «entera disposición del partido» y con «voluntad de seguir trabajando para la unidad». Pilar Ferrero explicó que han presentado una larga carta de dimisión con «razones abundantes y profundas» y no quiso añadir nada más, salvo que la gestora no ha servido para lo que se les había convocado.
El presidente de la gestora, Joan Boned, cercano a los oficialistas/renovadores, explicó ayer que este órgano provisional seguirá adelante. «Nos tomaremos unos días de reflexión para ver qué hacemos, pero todo sigue igual y no se para nada», indicó Boned, que remarcó que pueden continuar con su labor perfectamente porque para que la gestora desapareciera tendría que haber dimitido la mitad más uno o el presidente y ninguna de estas circunstancias se ha producido. «Se les dio la oportunidad para que voluntariamente entraran y voluntariamente han salido, aquí no se pone ninguna pistola en la cabeza a nadie», remarcó Boned, que no cree que esta renuncia perjudique a la reconciliación de ambos sectores y que calificó la salida de estas tres personas de «anécdota». «No creo que sea un hecho clave de futuro», añadió el presidente, que aseguró que tanto el PSIB como la dirección del PSOE federal están informados. Boned cree que el detonante de la marcha han sido los expedientes disciplinarios y la petición de suspensión de militancia para el exsecretario de la agrupación de Vila, Antonio Roldán, y al secretario de Organización de Vila, Javier Pina, ambos del sector crítico. De todas formas, defendió que están en el «camino acertado» para depurar responsabilidades de lo que ocurrió en el congreso.
Boned indicó que aunque ahora se hayan abierto dos expedientes podrían iniciarse más. De hecho, negó que esté siendo parcial o que esté persiguiendo al sector crítico, ya que indicó que los expedientados «tienen relación con hechos irregulares e incluso ilegales», aunque no quiso aclarar cuáles. Respecto a la posibilidad anunciada de los críticos de recurrir a los tribunales, dijo que «tienen derecho a hacerlo».
Preguntado por si el libro de entradas y salidas de la federación (sobre el que existen dudas de manipulación) no era responsabilidad del exsecretario de Organización, Julián Aguilar, Boned dijo que sí era el máximo responsable «pero había más personas».