El sector turístico vive sumergido en la incertidumbre. La anunciada subida del IVA para muchos productos, previsiblemente también las estancias vacacionales, y el desencuentro en la revisión del convenio colectivo de la hostelería pesan como espadas de Damocles sobre un ámbito que no está tan fino como el año anterior ni como se preveía antes de que comenzara la temporada de 2012.
Ante estas circunstancias, la Mesa del Turismo, presidida por el ibicenco Abel Matutes, está presionando a la Moncloa para que descarte una subida impositiva. Los contactos se están realizando a primerísimo nivel, incluyendo el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que le ha asegurado que hará lo posible por no afectar a uno de los pocos ámbitos económicos en nuestro país que, pese a todo, está capeando mejor la crisis financiera internacional. Eso sí, con la coletilla habitual de sus intervenciones: «Si puedo».
En marcha
El sector ha señalado que una subida súbita del IVA turístico afectará de manera directa a las empresas, dado que muchos de los paquetes turísticos de este verano ya han sido contratados y abonados, por lo queserían las propias empresas las que deberían liquidar la diferencia a partir del momento en que se produjera la subida.
Respecto a la amenaza de una huelga en el sector provocada por la falta de acuerdo en la redacción del nuevo convenio colectivo, el presidente de la Mesa recordó lo «absurdo» que supone «perjudicar a quienes conforman la principal fuente de ingresos». También apuntó que esta circunstancia podría provocar «una reducción de las reservas en las zonas amenazadas y un elemento de insatisfacción vacacional para los turistas y, por tanto, repercutir también en las siguientes temporadas vacacionales».
«Desde el respeto», señaló Matutes la semana pasada, «la Mesa de Turismo apuesta por una solución de consenso y medidas que no repercutan directamente sobre los turistas».